Violaciones a Gisèle Pélicot: cómo la víctima puede influir en la decisión de celebrar el juicio a puerta abierta

Iñaki Riaño Brun, profesora Titular del Departamento de Derecho de la Universidad Pública de Navarra (UPNA)

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

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la violencia sexual no debe contar con el privilegio del silencio, la víctima no tiene por qué esconderse

La primera semana de septiembre dio comienzo el juicio correspondiente a uno de los casos más relevantes y sobrecogedores que han azotado a la sociedad francesa en los últimos años. El relato, espeluznante, provoca una suerte de encogimiento moral que dificulta la visión del ser humano como sujeto digno de esperanza en un mundo cada vez más inundado de episodios descorazonadores.

Dominique P. invitó durante casi diez años (entre 2011 y 2020) a 72 hombres de diferentes perfiles sociológicos y profesionales a violar repetidamente a su esposa, Gisèle Pélicot, drogada previamente a través de una sumisión química que la situaba en una situación de inconsciencia.

El origen de la investigación penal se situó en unos hechos cometidos por el mencionado individuo relacionados con la filmación de las partes íntimas de algunas mujeres en establecimientos públicos. Iniciadas las correspondientes diligencias policiales a partir de la denuncia presentada, la policía francesa descubrió en su domicilio vídeos y fotografías relacionadas con las múltiples y continuadas agresiones sexuales cometidas sobre su esposa a lo largo casi de una decena de años.

Más allá de las consideraciones que se puedan efectuar en torno a los delitos cometidos y a las penas que, eventualmente, puedan recaer sobre quienes han sido acusados, una cuestión ha llamado poderosamente la atención en el inicio del juicio y es el hecho de que el mismo se celebre con carácter público a petición expresa de la víctima.

El acceso de terceros al juicio oral

Hay que tener en cuenta que la investigación criminal de un delito presenta unas reglas particulares en lo que atañe al principio de publicidad o, lo que es lo mismo, al acceso de terceros y medios de comunicación a las actuaciones que se desarrollan en fase de juicio oral.

En el ordenamiento jurídico francés, el artículo 306 del Código de procedimiento penal determina que los debates serán públicos, a menos que tal publicidad presente un riesgo asociado al mantenimiento del orden o las buenas costumbres, en cuyo caso el órgano judicial podrá decretar de manera motivada, y según su criterio, que la vista oral se celebre a puerta cerrada.

Se trata de una regla general que se ve matizada en el propio precepto al establecer que en aquellos casos en los que el juicio trate sobre violación, tortura y actos de barbarie acompañados de agresión sexual, trata de seres humanos o proxenetismo agravado, el juicio deberá necesariamente celebrarse a puerta cerrada si la víctima –no el acusado– así lo solicita. Esto es algo que en buena lógica sucederá en prácticamente todos los casos mencionados, habida cuenta de la gravedad del delito, de la afectación de la víctima y de la necesidad que pueda tener de evitar revivir en un contexto público los graves hechos acontecidos.

Se establece igualmente como cláusula de cierre que, en el resto de supuestos, la vista sólo podrá celebrarse a puerta cerrada si la víctima que sea parte en el proceso no se opone.

La víctima tiene, por tanto, una posición prevalente para decidir si el juicio se celebra a puerta cerrada cuando nos encontramos con delitos de naturaleza sexual. No deja margen de apreciación al órgano judicial y tampoco pueden entrar en juego otro tipo de consideraciones relacionadas con el orden público, el equilibrio entre las partes en el proceso o el derecho a la presunción de inocencia del acusado, habiendo reconocido el Consejo constitucional francés la constitucionalidad del mencionado artículo 306 (Décision nº. 2017-645 QPC, de 21 de julio de 2017).

En el caso que nos ocupa, la víctima ha manifestado su voluntad de que la vista oral se celebre con una “publicidad completa, total, hasta el final” para que aquello que ha vivido sea conocido y explicado.

El privilegio del silencio en delitos sexuales

En palabras expresadas por sus abogados, la violencia sexual no debe contar con el privilegio del silencio, la víctima no tiene por qué esconderse y la sociedad debe tomar conciencia de hechos como los acontecidos a través de la información proporcionada por unas actuaciones judiciales públicas.

Tomando en consideración tales argumentos, el tribunal ha rechazado la celebración del juicio a puerta cerrada, requerida tanto por el Ministerio Fiscal –quien ha alegado que la publicidad puede atentar a la dignidad de todas las partes implicadas en el proceso– como por algunos abogados de la defensa, que han invocado la necesidad de evitar que el juicio se convierta en un espectáculo público.

Sin duda, se trata de un escenario sorprendente, no sólo por el hecho de que un proceso de estas características se desarrolle con plena publicidad, sino por la circunstancia de que sea precisamente la víctima la que haga caso omiso de las posibilidades de protección que le ofrece el ordenamiento jurídico francés y se exponga con ello al escrutinio público, en una sala de vistas en la que se practicará con toda crudeza la prueba obtenida.

Iñaki Riaño Brun, Profesor titular de Derecho Procesal, Universidad Pública de Navarra

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

¿Por qué hace tanto calor en las ciudades durante las noches de verano?

Todos los veranos y, en especial, cada vez que llega una ola de calor, nos asalta la misma pregunta. La acumulación de calor es uno de los mayores problemas a los que se enfrentan nuestras urbes durante el verano. Pero ¿por qué se almacena tanto calor en las ciudades y no da tregua por las noches?

Diferencias entre áreas urbanas y rurales

Más de la mitad de la población mundial vive en zonas urbanizadas y está previsto que cada vez más personas habiten en ciudades. El aumento de población y de zonas urbanizadas han afectado al clima, a los recursos, a la salud y a la calidad del aire.

El fenómeno de acumulación de calor en las ciudades, en comparación con las zonas rurales, se conoce como isla de calor urbana. Este fenómeno se documentó por primera vez en Londres en 1833, donde la temperatura urbana por la noche era casi 4 °C más alta que la del campo. Actualmente, este fenómeno ocurre en más de 400 ciudades a lo largo de todo el mundo.

Variación de temperatura habitual de la isla de calor urbana. TheNewPhobia/Wikimedia Commons

El sobrecalentamiento urbano se debe a una combinación de elementos: la falta de circulación de aire que depende del tamaño y la geometría de la ciudad, el calor de las actividades urbanas (tráfico, refrigeración, calefacción e industria), la falta de espacios verdes, la contaminación y la acumulación de la radiación solar.

Durante el día, gran parte de la energía recibida se almacena (en los edificios, los pavimentos, el asfalto) y se acumula como si se tratase de una una batería. Esta energía acumulada no se disipa instantáneamente, lo que conllevaría un aumento de la temperatura del aire. Es por la noche cuando esta energía almacenada se libera para compensar la falta de radiación solar que se recibe, resultando en unas temperaturas nocturnas más altas en comparación con las áreas rurales.

En 2022, el Ayuntamiento de Pamplona y la Universidad Pública de Navarra realizaron un estudio conjunto sobre las temperaturas extremas registradas en la ciudad. En esta investigación se compararon las datos de cinco estaciones meteorológicas urbanas con una estación de referencia rural.

Las mayores diferencias de temperatura se observaron por la noche, entre las 2:00 y las 9:00, alcanzando una diferencia de hasta 4 °C. En los meses de verano, debido a la mayor radiación solar, se vieron mayores diferencias de temperatura a lo largo del día en comparación con los meses de invierno. Frecuentemente, las estaciones urbanas registraban 2 °C más que la estación rural, con diferencias nocturnas en verano que, en casos extremos, superaban los 7 °C, llegando casi a los 9 °C. Julio destacó como el mes con mayores diferencias, mientras que en agosto estas diferencias tendieron a moderarse.

¿Qué problemas genera la isla de calor urbana?

El aumento de las temperaturas en la ciudad afecta a:

  • La mortalidad y morbilidad relacionadas con el calor en personas vulnerables (ancianos, niños, embarazadas, trabajadores al aire libre y personas con bajos recursos).
  • La necesidad de refrigeración en los edificios y, por tanto, el aumento de consumo energético.
  • Los niveles de contaminación exterior.

Leer más: ¿Es el aire acondicionado la mejor solución para afrontar la subida de temperaturas?


Durante la ola de calor de 2003 en España, las muertes superaron un 8 % a las esperadas, la mayoría en personas de más de 75 años. Fue a partir de ese verano cuando se comenzaron a implementar planes de prevención para los efectos de las altas temperaturas (aquí se recoge el de 2024).

A pesar de este tipo de medidas, durante las olas de calor los sistemas de salud nacionales e internacionales se ven desbordados.

Temperatura de la superficie en Atenas la noche del 15 de julio del 2023. ESA

Estrategias de mitigación

Entre las soluciones más efectivas para mitigar el efecto de la isla de calor urbano está el uso de vegetación y de materiales reflectantes.

Numerosos estudios demuestran que las zonas verdes mejoran el clima en la ciudad y el confort térmico. Pero su efecto depende de la configuración (parques, filas de árboles, cubiertas verdes) y de las especies elegidas. No obstante, un estudio reciente apunta a que su efecto puede verse limitado durante las olas de calor.

Los materiales empleados en las construcciones desempeñan un papel muy importante en las ciudades. Cómo fluye el calor a través de los materiales es clave y la elección de los materiales determinará cuánto calor entrará o se reflejará y cuánto se acumulará. Históricamente, muchas ciudades mediterráneas han empleado la cal y pinturas blancas por su potencial de reflejar el calor.

Materiales que envían el calor al espacio

Los materiales de enfriamiento radiativo han despertado gran interés debido a que consiguen temperaturas por debajo de la temperatura ambiente tanto durante el día como por la noche.

Este tipo de materiales especiales podrían disminuir significativamente la demanda de refrigeración actual y futura de los edificios y mejorar las temperaturas de las ciudades. Claro que lo ideal sería que la capacidad enfriamiento radiativo se incluyera también en materiales comunes como el hormigón.

Los materiales de enfriamiento radiativo emplean un fenómeno que se usaba ya en la antigüedad para fabricar hielo en el desierto. Por un lado, reflejan muy bien la radiación solar. Por otro lado, envían al espacio como radiación infrarroja el calor que hayan podido acumular. Esto es posible porque la atmósfera es transparente a este tipo de radiación. El fenómeno se conoce como la “ventana de transparencia atmosférica”: el calor no se expulsa al aire sino al espacio y, como consecuencia, no contribuye al calentamiento de la ciudad ni por el día ni por la noche.

Varios estudios han demostrado su capacidad para mitigar el calor. A escala de calle, los materiales de enfriamiento radiativo disminuían 1,6 °C la temperatura ambiente y 24,2 °C la temperatura de las superficies. En otro estudio de simulación a escala de ciudad, la temperatura ambiente bajaba 1,6 °C durante el día y 0,6 °C por la noche. Entre las estrategias estudiadas, emplear estos materiales es una de las más eficientes.

Como podemos ver, una de las claves para reducir los efectos del calor en las ciudades es calcular el impacto que tendrán las diferentes medidas propuestas, entre las que destacan los materiales de enfriamiento radiativo. Se trata de un campo muy prometedor con gran potencial para mejorar las condiciones de temperatura de la población. Estudios recientes apuntan a que una combinación de soluciones a diferentes escalas (edificios, barrios y ciudades enteras) puede contribuir a mitigar el calor de manera efectiva.

Profesora Ayudante Doctora Departamento de Ingeniería, Universidad Pública de Navarra

Profesor Ayudante Doctor Departamento de Ingeniería, Universidad Pública de Navarra

 

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.