La música en la saga de “Star Wars”
La saga de “Star Wars” es una de las más populares del cine. Mucho se ha hablado y escrito sobre sus personajes, su historia, su tecnología.., pero menos de su música.
Para ello, hay que partir de las diferencias estéticas y conceptuales existentes entre la trilogía clásica (la formada por los episodios IV a VI: “La guerra de las galaxias: Una nueva esperanza”, de 1977; “El Imperio contraataca”, de 1980; y “El retorno del Jedi”, de 1983) y la trilogía de precuelas (episodios I a III: “La amenaza fantasma”, de 1999; “El ataque de los clones”, de 2002; y “La venganza de los Sith”, de 2005).
La historia de las películas antiguas se basa en el “viaje del héroe”, un esquema narrativo común en relatos de diferentes civilizaciones en distintas épocas. El protagonista, Luke, pasa por un proceso de aprendizaje y autodescubrimiento hasta alcanzar la madurez. Al final, logra derrotar al mal y salvar a su padre, no a través de la violencia, sino por el amor filial y la fe en la bondad. Esto es plasmado por el director, George Lucas, siguiendo el esquema del cine clásico de Hollywood, basado en tres actos y con unos puntos climáticos y estructurales muy definidos tradicionalmente.
En cambio, la historia de las películas nuevas se basa en el esquema de la tragedia griega, que plasma la caída en desgracia del protagonista, Anakin, quien, por su egoísmo y ansia de poder, hace el típico pacto con el diablo. No sólo no consigue lo que busca, sino que pierde su identidad, convirtiéndose en Darth Vader, servidor del mal. Aquí, el director realiza una disposición de escenas y secuencias mucho más compleja y libre, en forma de subepisodios de distinto grado de acción y relevancia significativa, que conducen la acción hacia un evento de gran importancia.
Por ello, John Williams, compositor de la banda sonora original, realizó un proceso de musicalización diferente en cada trilogía, por el cual se produjo una correspondencia entre la estructura de la narración y la de la música.
En la primera trilogía, la disposición de temas musicales asociados a personajes y su variación sigue la división en actos de la historia. Continúa el estilo de la llamada “gran forma basada en el leitmotif”. En las películas del cine clásico de Hollywood, aquellas de los años 30 a 50, se usaba la variación de unos temas musicales, asociados a unos personajes, para reflejar el cambio de contexto, así como el reestablecimiento de un material inicial recurrente para evitar una dispersión.
En las tres primeras películas filmadas de la saga, la disposición de las composiciones corresponde a la ordenación existente en cada uno de los tres movimientos de la forma musical tradicional denominada “Sonata clásica”. Los temas se exponen y, posteriormente, se desarrollan o varían con cierto grado de diferencia. Y esa disposición especialmente se basa en la oposición entre el tema musical de Luke y los de los villanos, entre los que destaca la “Marcha Imperial”.
En cambio, en la trilogía moderna, la disposición de la música sigue el concepto de la “forma basada en números musicales”, utilizada en el cine mudo hacia 1915. Las piezas musicales más importantes aparecían al mismo tiempo que los puntos climáticos del filme. Ocasionalmente, había citas a uno o varios temas principales y el resto consistía en rellenos a partir de secciones de menor entidad. Tal disposición del material musical en función de un plan narrativo externo corresponde con la del “Poema sinfónico romántico”. Además, los temas no se exponen completos al principio, sino que su primera aparición es parcial o en versión simplificada. En los centros de gravedad dramática, se expanden, combinan o se incorpora material musical nuevo de gran relevancia.
Observando la saga en orden de la cronología de la historia (episodios I, II, III, IV, V y VI) en lugar de por orden de realización (IV, V, VI, I, II y III), se constata el cambio de paradigma. A la segmentación musical en el poema sinfónico le sigue la intrincada interconexión de la forma sonata. John Williams, entonces, es copartícipe de la construcción de la película, ya que va muchísimo más allá de la simple reiteración de lo representado en el plano visual y, por ello, la banda sonora participa en la construcción de significado.
A modo de conclusión, se puede decir que las seis primeras películas de “La guerra de las galaxias” alcanzan una unidad orgánica, puesto que narración y música, al interactuar, hacen que se revele y refuerce la significación dramática. En virtud de ello, puede considerarse esta saga cinematográfica como una obra de arte.
Esta entrada ha sido elaborada por Juan Urdániz Escolano, titulado superior de Piano y Música de Cámara, licenciado en Musicología, Máster en Investigación Musical y doctor por la UPNA con una tesis sobre la banda sonora original que John Williams compuso para la saga de «La Guerra de las Galaxias»