¿Cómo es de grande el sistema solar reduciéndolo a la escala del encierro de Pamplona?

A todos nos cuesta mucho hacernos una idea real de valores numéricos muy alejados de nuestra experiencia cotidiana: billones de euros, cientos de millones de kilómetros, milmillonésimas de metro…

Una forma de irse aproximando a la comprensión de dichos valores extremos (quizá la única) consiste en escalarlos: modificarlos en una proporción determinada, de forma que la versión a escala sí encaje en la experiencia cotidiana. Esta es la idea que hay detrás de este vídeo de la serie “Ciencia en el bar”, protagonizado por Javier Armentia Fructuoso, astrofísico y director del Planetario de Pamplona, y Joaquín Sevilla Moróder, profesor, investigador y responsable de Divulgación del Conocimiento de la Universidad Pública de Navarra (UPNA). En él, los dos divulgadores presentan las dimensiones del sistema solar a una escala más comprensible: la del encierro de Pamplona, que tiene casi 850 metros de longitud.

El sistema solar está formado por un conjunto de cuerpos celestes moviéndose por el espacio bajo la atracción de la gravedad. El objeto más grande y masivo es el Sol.

Así, el Sol estaría en el centro de la Plaza de Toros. Mercurio quedaría a 10 metros; Venus, a 20; la Tierra, a unos 28; y Marte estaría en el borde de la plaza, a 42 metros. Júpiter, en cambio, quedaría fuera del coso taurino: al final de la calle Estafeta, justo, en la curva de Telefónica. Para llegar a Saturno, habría que recorrer la famosa arteria pamplonesa hasta su mitad: donde la Bajada de Javier. Neptuno se situaría al inicio del recorrido del encierro (unos 840 metros más lejos), en los corrales de Santo Domingo.

¿Y la estrella más cercana? Esta sí que está lejos: en Nairobi, la capital de Kenia, en África.

Para más información:

http://www.cienciaenelbar.com/ficha-sistema-solar.html

 

Esta entrada ha sido editada por la Unidad de Cultura Científica (UCC) de la Universidad Pública de Navarra (UPNA)

Los retos de la protección jurídica del embarazo y la lactancia natural

La protección jurídica del embarazo y la lactancia natural, desde el punto de vista de la prevención de la salud y la protección de la integridad física de las trabajadoras que se hallan en estas circunstancias, parte de la complejidad de la situación que se regula, lo que hace que se estén planteando constantemente nuevos retos que se añaden a los viejos problemas identificados por la doctrina y jurisprudencia laboralista.

El artículo 26 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, que regula esta cuestión, no puede ser entendido únicamente como una obligación preventiva más del empresario, sino que debe ser analizado como un elemento que hay que añadir a la política de igualdad de oportunidades entre trabajadores y trabajadoras, por lo que ha de contar con un enfoque global y transversal. No se puede obviar que el embarazo de la trabajadora y la atención al recién nacido, en este caso por medio de la lactancia natural, ha sido y sigue siendo la causa última y principal de la discriminación laboral de la mujer en cuanto a su rol social respecto a la atención y cuidado de la familia, a pesar de los cambios importantísimos y la evolución social que se ha producido en nuestra sociedad en las últimas décadas.

Uno de los objetivos de la actual regulación preventiva legal consiste en evitar que el embarazo y la lactancia natural penalicen la permanencia de las trabajadoras en el mercado laboral, para lo cual se ha previsto la suspensión de la relación laboral, el derecho a una prestación de la Seguridad Social y la nulidad de cualquier medida empresarial que tenga que ver con estas situaciones. A su vez, es importante recalcar esta vertiente garantista de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales como expresión del derecho fundamental a la igualdad y no discriminación entre sexos. Sin embargo, no puede ser entendido como un derecho para favorecer la conciliación de la vida laboral y familiar de las trabajadoras o, incluso, de la familia, puesto que el citado artículo 26 de la ley tiene como finalidad únicamente la protección de la salud y la integridad física de las trabajadoras embarazadas o en situación de lactancia natural y no el conseguir la igualdad de oportunidades.

Finalmente hay que señalar que la implantación de esta materia en los convenios colectivos y los planes de igualdad de las empresas dista mucho que desear, pese al importante papel que pueden desempeñar.

 

Esta entrada ha sido elaborada por Elisa Sierra Hernáiz, profesora del Departamento de Derecho de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y autora del libro “Prevención de riesgos laborales, embarazo de la trabajadora y lactancia natural

 

Deporte y mujer (especialmente el fútbol): recorrido histórico

La irrupción de las mujeres en el deporte de competición no se produjo hasta los Juegos Olímpicos de 1900. Las seis mujeres que compitieron contrastaron con los 1.070 hombres. Aquel mismo año, Pierre Coubertin, el fundador de los Juegos Olímpicos modernos, sostenía que la presencia de las mujeres en los estadios era antiestética, de escaso interés e incorrecta. Unos años atrás, en 1894, Nettie Honeyball, una activista de los derechos de las mujeres, había fundado el primer club deportivo femenino en Inglaterra, el British Ladies Football Club.

La práctica del deporte por parte de las mujeres, y muy especialmente la del fútbol, se incrementó en la Primera Guerra Mundial, cuando los hombres británicos partieron al frente de batalla y las mujeres, trabajadoras en las fábricas debido a las circunstancias bélicas, comenzaron a participar en los populares torneos de fútbol. Surgieron iniciativas como la constitución de la English Ladies Football Association, pero la práctica del fútbol femenino no llegó a encontrar cauces competitivos oficiales. Por la misma época, en España comenzaban a darse los primeros partidos, aunque carentes de todo reconocimiento social. Un partido de fútbol femenino jugado en el campo del Español de Barcelona el 31 de mayo de 1914, para recaudar fondos para la Federación Femenina contra la Tuberculosis, no convenció al cronista de «El Mundo Deportivo», que vio “esta primera actuación de la mujer en el viril fútbol”, como de “poco aspecto sportivo”, donde “a las descendientes de la madre Eva” adoptaban posiciones “como adecuadas” e “inestéticas”, que eliminaban “la gracia femenil”.

El movimiento deportivo femenino fue cobrando formas asociativas, constituyéndose en 1917 la Federación de Sociedades Femeninas de Francia (FFSF) y en 193, la Federación Internacional Deportiva Femenina (FSFI), impulsada por Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, Checoslovaquia y Francia. Los avances en el período de entreguerras fueron lentos pero progresivos, destacando, una vez más, los logrados en el fútbol. El Campeonato de Gran Bretaña y el Mundo organizado en 1937 contó con el partido internacional de fútbol femenino, que disputaron el Dick Kerr’s Ladies y el Edimburgh Ladies.

La consolidación de la práctica deportiva femenina llegó en la segunda mitad de los años sesenta, ayudada por el movimiento liberalizador de la mujer. En 1969, la Football Association incorporó, por primera vez, una sección de mujeres, y en 1971 la UEFA comenzó a impulsar el fútbol femenino, después de que, el año anterior, se organizase el primer Mundial de fútbol femenino en Italia, si bien este tuvo un carácter extra-oficial, sin lograr el reconocimiento de la FIFA.

La España franquista no fue una excepción. La revolución juvenil y los movimientos feministas que clamaban por el final de la dictadura impulsaron iniciativas que pretendían seguir el ejemplo de lo que ocurría tanto en Europa como en América. Prosperaron iniciativas individuales que organizaron partidos femeninos y la creación de los primeros clubes como el Sizam de Paloma de Madrid (1970) o los numerosos clubs creados en Cataluña. El 21 de febrero de 1971, se celebró el primer enfrentamiento internacional de España, en este caso, frente a Portugal. En Navarra, la iniciativa correspondió al olitense Luis Pérez Rocafort, “el Planilla”, que formó el Erriberri F.C. femenino, aglutinando a un grupo de chicas de la localidad en la temporada 1970-1971.

La oficialización internacional del fútbol femenino no llegó hasta 1982, en que se celebró el primer Campeonato Europeo para Equipos Representativos de Mujeres, organizado por la UEFA, al que se le sumó, años después, el Campeonato Femenino de la UEFA o Euro Femenino.  Los avances en el fútbol femenino en España fueron más lentos. Estos seguían produciéndose por iniciativas individuales. Es lo que volvió a ocurrir en Navarra. El guipuzcoano Iñaki Artola recaló en Pamplona por motivos laborales. Su hija jugaba en Oiartzun, y, al ver que en Navarra no existía ningún equipo de chicas, decidió poner un anuncio en la prensa local en abril de 1984 para constituir el primer equipo femenino local. El éxito fue total: de un centenar de adolescentes que se presentaron, se seleccionaron una veintena, destacando jugadoras como Paula Kasares, María Ángeles Azcona, María Arellano, Maider Arellano, Tita Pérez de Heredia, Gloria Etxarri, Tegui Razquin y Txusmi Marticorena. Hubieron de jugar en la liga guipuzcoana, pues en Navarra no había equipos para competir.

Unos años después, en 1988, Tino del Barrio creó un equipo de fútbol sala femenino. Su éxito hizo que, dos años después, este equipo quedase incorporado a la Sociedad Deportiva Lagunak de Barañáin como su sección femenina de fútbol.

Para entonces, el fútbol femenino comenzaba a consolidarse a nivel internacional, cuando en 1991 se celebró la primera Copa Mundial Femenina de Fútbol, organizada por China. La creciente popularidad del fútbol femenino hizo que el COI decidiera incluirlo, por primera vez, en los Juegos Olímpicos de Atlanta (Estados Unidos) de 1996.

En España, también se fueron consolidando las competiciones oficiales, en las que el Lagunak cosechó triunfos importantes, como los de la temporada 1997-1998, cuando, siendo equipo de Segunda División, logró ser subcampeón de la Copa de la Reina.

Desde entonces, el fútbol femenino no ha parado de crecer, pero no son pocos los retos que tiene por delante para alcanzar la igualdad respecto del masculino, y que se van logrando superar, con enormes dificultades, haciendo frente a no pocas actitudes sexistas y machistas. La discriminación alcanza, incluso, la cúspide del fútbol. La Copa Mundial Femenina de la FIFA de 2015, la séptima edición del máximo torneo femenino a nivel selecciones del mundo, acabó judicializada. Un grupo de jugadoras de élite acudieron al Tribunal Canadiense de Derechos Humanos acusando a la FIFA y a la Federación Canadiense de Fútbol de prácticas discriminatorias. La sentencia concluyó que la actuación de la FIFA y de la Federación fue discriminatoria. Hay mucho camino por recorrer.

 

Esta entrada ha sido elaborada por Roldán Jimeno Aranguren, profesor del Departamento de Derecho de la Universidad Pública de Navarra (UPNA)

 

 

Herramientas contra la brecha de género en Wikipedia

“Wikipedia, descubre las claves de edición” ha sido un seminario que hemos podido disfrutar en la Universidad Pública de Navarra (los días 1 de diciembre del año pasado, 26 de enero, 23 de febrero y 16 de marzo de este 2018, de 16 a 19 horas, a lo largo de doce horas presenciales). Como sabemos, Wikipedia es un lugar de referencia para acceder a la información y al conocimiento, y para compartir y liberar el conocimiento, pero cuyas normas de funcionamiento y significado en gran medida desconocemos.

Por otra parte, resulta que la brecha de género también se da en Wikipedia, tanto por el porcentaje de mujeres editoras (en torno al 10% de personas editoras son mujeres), como el porcentaje de mujeres sobre el que se escribe (solamente el 15% de biografías en Wikipedia son sobre mujeres).

Así, este seminario se suma a un movimiento internacional para incrementar la presencia de mujeres en Wikipedia (Women in Red, Wikimujeres, Wikidonne, Viquidones), que en el País Vasco y Navarra se ha llamado WikiEmakumeok.

Sus objetivos principales son dar a conocer las claves de edición en Wikipedia; incrementar el porcentaje de mujeres editoras; visibilizar en Wikipedia a mujeres referentes creando su biografía, completándola con referencias y/o traduciéndola de/a otros idiomas; e incorporar la perspectiva de género en los contenidos.

Como dinámica de trabajo, en el País Vasco y en Navarra se han impulsado  sesiones mensuales presenciales de aprendizaje/edición (Wikikedadas) y Editatonas sobre temáticas concretas (sesiones intensivas de edición puntuales).

Cada vez son más las organizaciones colaboradoras con este proyecto desde la sociedad civil (Saregune en Vitoria-Gasteiz; Asociación de mujeres Inurtxi en Etxebarri), desde la Universidad del País Vasco (Mujeres Con Ciencia en Bizkaia; Máster de Igualdad en Gipuzkoa;  Asociación Arkeogazte en Álava) o en la Universidad Pública de Navarra.

Las Wikikedadas sirven para quitar miedos, poder preguntar dudas a personas con algo más de experiencia, aprender juntas y compartir lo que vamos descubriendo sobre Wikipedia, Wikidata, Commons, Wikiquotes y demás proyectos de la Fundación Wikimedia.

En Wikipedia, como en el aprendizaje de cualquier tecnología, necesitamos más pedagogía, propósitos compartidos y pasarlo bien con más gente mientras aprendemos. Estas pueden ser algunas claves para superar la barrera mental de la “complejidad tecnológica” que limita que muchas más personas seamos protagonistas de contar la Historia desde miradas diversas.

Para conocer más y sumarte al proyecto WikiEmakumeok, visita la página del wikiproyecto: bit.ly/wikiemakumeok

 

Esta entrada es obra de Mentxu Ramilo Araujo (politóloga) y Consuelo Allué Villanueva (profesora asociada del Departamento de Ciencias Humanas y de la Educación de la Universidad Pública de Navarra)

Buen uso y abuso de la media

Un chiste dice que, si una persona come dos pollos y otra, ninguno, la estadística considerará que, de media, cada uno ha comido un pollo. Otra versión afirma que, si pusiéramos la mitad del cuerpo en un horno a 50 grados y la otra mitad, en un frigorífico a cero, estadísticamente hablando, tendríamos el cuerpo a una media de 25 grados.  Dicho así, la estadística no parece una disciplina ni muy solidaria, ni muy sensata. En este breve artículo, queremos hacer ver a quien lo lea la falacia que estos chistes esconden y mostrarle de esta manera  las cautelas con las que hay que tratar cualquier valor medio.

La media es un valor que  resume un conjunto de datos. Por ejemplo, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó los resultados definitivos de la encuesta de estructura salarial en España donde obtenía que el salario medio bruto anual por trabajador es de 22.790 euros. Para obtener este valor, se recopila información de los asalariados que trabajan a tiempo parcial y a tiempo completo, de los directivos y empleados, de mujeres y hombres, etc. En todos los casos, existe una notable diferencia de salarios según el colectivo escogido. Hay, por tanto, demasiada heterogeneidad en los salarios o, como se dice en estadística, variabilidad o dispersión. En consecuencia, el dato así presentado puede que dé la razón a la historieta de los pollos y muchos asalariados españoles no se sientan representados con la cifra del salario medio.

Por supuesto, la estadística dispone  de métodos para establecer la validez de los resúmenes que proporciona. Así, a la hora de interpretar una media, se acompaña de una medida de la dispersión de los datos respecto a la media. Cuando la dispersión es alta, la media es poco representativa y, por tanto, no se debería utilizar como resumen de los datos. ¿Cómo se mide la dispersión? Técnicamente, hay varias formas de hacerlo; destaca una medida llamada desviación típica. No entraremos en ella; simplemente, veremos dos situaciones extremas.  Por un lado, imaginemos que todos los  asalariados ganan lo mismo, 22.790 euros brutos anuales. Entonces, no hay dispersión; la desviación típica es cero, por lo que el valor medio da un resumen perfecto. Al contrario, imaginemos que la mitad de asalariados trabaja gratis y percibe cero euros al año, mientras que la otra mitad recibe justo el doble de 22.790 euros. La media sigue siendo la misma, pero la variabilidad es muy alta. En otras palabras, y trasladándolo al chiste, la mitad se come dos pollos y la otra mitad, ninguno.

En los dos chistes, se utilizan datos muy dispersos para calcular el valor medio, por lo que este no es válido como resumen representativo de los datos. En el caso de los salarios, también hay mucha dispersión. Basten tres datos, el salario de más de un tercio de los asalariados se aleja más de 9.000 euros del salario medio; la mitad de los asalariados, más de 6.000 euros, y el 75%, más de 3.000 euros. Para que se hagan una idea en términos más familiares de los tres datos anteriores, imagínense que, tras consultar en todas las tiendas, obtenemos que el precio medio de un producto es de 100 euros, pero el 35% de las tiendas lo tienen 40 euros más caro o más barato; que, en la mitad, la diferencia es de más de 25 euros y en el 75%, de más de 13 euros. ¿A que no daría igual comprar en una tienda que en otra?

En conclusión, un valor medio debe ir acompañado de una medida de la dispersión de los datos para poder conocer su representatividad. Cuando la dispersión es alta, una buena alternativa a la media es la mediana, que proporciona el valor por debajo del cual se encuentra la mitad de los individuos. En el caso de los salarios, la mediana es de 19.017 euros brutos anuales; es decir,  la mitad de los asalariados españoles gana menos de esa cantidad.

Esta entrada ha sido elaborada por José Antonio Moler Cuiral, profesor del Departamento de Estadística, Informática y Matemáticas de la UPNA e investigador en el Instituto de Smart Cities (ISC) de la institución académica

¿El sistema de transporte como eje vertebrador de un país o una sociedad de naciones?

El sector del transporte por carretera constituye, sin duda alguna, el eje vertebrador del desarrollo económico del país y permite materializar la cohesión social. En efecto, un sistema óptimo de transporte permite vertebrar un país (o una sociedad de naciones) y su funcionamiento, potenciando la movilidad de las personas, de empresas y de mercancías y garantizando el desarrollo del modelo productivo, la ampliación de mercados y la consolidación de las estructuras territoriales.

Las redes de transporte son el elemento esencial que garantiza la eficacia y la unidad de mercado. La red transeuropea supone un claro ejemplo de ello en el propio corazón de la Unión Europea. La importancia económica del sistema de transporte se incrementa en un contexto económico y comercial caracterizado por economías especializadas, competitivas e independientes, que requieren de un sistema comercial internacional intra y/o extraeuropeo asentado sobre un óptimo sistema de transporte.

En consecuencia, debe apoyarse (desde las instituciones autonómicas, estatales y europeas) a las empresas transportistas autóctonas, que, históricamente, se han estructurado como pequeñas y medianas empresas, de origen mayoritariamente familiar, que ofrecen un servicio al usuario del transporte y a la comunidad calificable como artesano, particularizado y seguro.

En este particular e importante sector del comercio internacional, afloran algunas de las cuestiones más controvertidas, con mayor relevancia jurídica y que presentan una incidencia directa en el efectivo ejercicio del empresario transportista y del usuario del transporte. Se trata del arrendamiento de vehículos sin conductor, los cambios continuos de titularidad de vehículos, la pérdida de honorabilidad del transportista, el menoscabo de la seguridad en el transporte de escolares por carretera, la vulneración de los principios de transparencia e igualdad de trato entre licitadores por parte de la Administración, la quiebra de la confianza legítima depositada en la entidad adjudicadora, la tarificación por el uso de la infraestructura, el Derecho de la competencia en el sector del transporte discrecional y regular de uso especial y/o general, así como el cobro de los impuestos por el Estado del lugar del establecimiento principal del transportista dedicado al transporte internacional. Todas estas cuestiones requieren ser identificadas y analizadas (desde una perspectiva pluridisciplinar).

El desarrollo del Derecho del transporte de viajeros por carretera queda hoy condicionado por el Derecho europeo del transporte y por unas instituciones europeas que muestran un deseo creciente por regular y normativizar esta nuclear actividad comercial. Si bien es cierto que, en esta primera fase, el legislador europeo se ha centrado progresivamente en la armonización conflictual, no es menos cierto que existe un nítido deseo de avanzar hacia una futura armonización material. En esencia, esto supone una reformulación del reparto competencial entre la UE y los Estados miembros para el transporte internacional o las respectivas unidades territoriales que gozan de esta competencia para el plano interno intra-comunidad autónoma.

Sin duda, merece destacarse, por un lado, el deseo intrínseco y coherente de la UE por reclamar mayores facultades en materia de transporte, tarificación por el uso de infraestructuras, transparencia e igualdad de trato entre licitadores y armonización fiscal, a pesar de la actitud de rechazo que muestran abiertamente algunos de los países de la UE en favor de articular y consolidar una política de transportes común, efectiva y definitiva.

En definitiva, este es un sector esencial, pues, tarde o temprano, cualquier actividad humana requiere de un desplazamiento. La mejora del ordenamiento jurídico aplicable a este sector determinante exige tenerlo muy en cuenta. De esta forma, nos hemos acercado al estudio de esta cuestión desde la perspectiva del Derecho internacional privado, que el ordenamiento jurídico, por su propia naturaleza, se resiste a ser congelado en un momento histórico determinado, pues este ordena relaciones de convivencia humana y debe responder a la realidad social de cada momento, como instrumento de progreso y de perfeccionamiento, lo que nos permite plantear si la sociedad es la que debe adecuarse al ordenamiento jurídico imperante, o si es este el que debe adecuarse a los nuevos tiempos de la realidad social presente.

 

Esta entrada ha sido elaborada por Unai Belintxon Martín, profesor de Derecho internacional privado de la Universidad Pública de Navarra (UPNA)