Actuaciones para prevenir y afrontar agresiones al personal sanitario
La violencia contra el personal sanitario es una realidad de alta prevalencia y graves consecuencias psicológicas y laborales en los profesionales. El colectivo de enfermeras es uno de los que presenta mayores tasas de agresiones. Según la Organización Colegial de Enfermería, en España, en el transcurso de un año, el 33% de las enfermeras habían sufrido alguna agresión física o verbal. Además, la persona agresora era en el 49,8% de los casos un familiar o acompañante; en el 47,3%, el propio paciente, y en el 2,9%, otra persona. Si bien todas las categorías profesionales del sector salud están expuestas a la violencia laboral, las enfermeras y, concretamente, las que trabajan en servicios de emergencias, hospitales psiquiátricos, unidades de ancianos y centros de rehabilitación de adictos son quienes presentan mayor riesgo de sufrir agresiones.
Hay tres grupos de factores que facilitan o propician la violencia en el ámbito sanitario: los que dependen del propio paciente (carácter, alteraciones psicológicas o barreras comunicacionales); los que dependen del profesional sanitario, tanto por sus características personales (carácter, alteraciones y problemas, falta de habilidades, etc.) como por sus circunstancias laborales (estrés, insatisfacción o experiencias negativas previas); y los que dependen del entorno o contexto y que tienen que ver o bien con características organizativas (tiempos de espera, políticas y normas del centro, etc.), o bien con los recursos de los centros (disponibilidad de un médico, cantidad de personal en horarios de noche, fin de semana…).
Por ello, María Altemir, enfermera en el hospital de Barbastro y graduada en Enfermería por la Universidad Pública de Navarra, y quien esto suscribe hemos creado un protocolo de actuación para prevenir y afrontar agresiones al personal sanitario. Este protocolo es un instrumento de sencillo manejo para las personas que trabajan en el sector sanitario, de modo que pueda ser consultado y aplicado de manera ágil y sencilla.
A diferencia de otros protocolos existentes en nuestro país y que están orientados hacia cómo actuar cuando ya se ha sufrido la agresión, el protocolo que hemos diseñado establece, además, una serie de pautas que deberían ser tenidas en cuenta ante distintas situaciones de riesgo con los pacientes. Algunas de ellas ya se recogen en algunos de los dispositivos de salud en nuestro país, pero no habían sido presentados ni publicados en revistas científicas. En este caso, ha sido publicado en la revista “Enfermería Clínica”, revista de referencia en el sector sanitario.
Por un lado, se indican pautas preventivas, que ayuden a evitar conductas agresivas. Se incluyen aquí, entre otras, tanto pautas relacionadas con la organización de los servicios (evitar las salas de espera demasiado pequeñas o no acondicionadas, la acumulación de pacientes en los pasillos, las interrupciones en las consultas y los fallos burocráticos de horarios o trámites), como pautas para detectar la hostilidad (identificar señales como deambulación ansiosa, cambios bruscos de actividad, posturas y gestos, expresiones malsonantes, provocadoras o amenazantes, lenguaje no verbal, interrupciones al interlocutor, etc.).
Por otro lado, el protocolo propone distintas estrategias que puedan ayudar a abordar la conducta hostil y a controlarla, desde el punto de vista de la comunicación verbal y no verbal, y con estrategias de control (por ejemplo, colocarse fuera del espacio personal de la persona hostil, no dar la espalda o evitar la presencia de ‘espectadores’).
En cualquier caso, además de proporcionar y explicar este instrumento a los profesionales, resulta aconsejable que se lleven a cabo acciones formativas complementarias, incluyendo técnicas conductuales y de comunicación, en las que se explique y entrene en el manejo de las distintas estrategias que se exponen en dicho protocolo
Esta entrada ha sido realizada por Alfonso Arteaga Olleta, investigador y profesor del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra