Las llamadas enfermedades no transmisibles matan a 38 millores de personas cada año, especialmente en los países de ingresos bajos y medios. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares son las más prevalentes (17,5 millones cada año), seguidas del cáncer, las enfermedades respiratorias y la diabetes.
La mayoría de las intervenciones para prevenir estas enfermedades se han centrado en reducir el consumo de tabaco y alcohol, en promover comportamientos saludables como el consumo de frutas y verduras y en la práctica de ejercicio físico regular. Uno de los comportamientos saludables recomendados para prevenir dichas dolencias es el ejercicio físico. Recientemente, se han publicado varios estudios que muestran que aquellos programas que incluyen sesiones con entrenamiento interválico de alta intensidad (o “High-Intensity Interval Training”-HIIT) generan mejores respuestas fisiológicas, metabólicas y hormonales que las que se asocian con el entrenamiento tradicional continuo moderado-intenso de alto volumen. Este tipo de entrenamientos “HIIT” consiste en repetir de cuatro a seis veces ejercicios de corta duración (desde treinta segundos hasta cuatro minutos), a alta intensidad (por encima del 85-95% de la frecuencia cardiaca máxima), con entre tres y cuatro minutos de recuperación.
El entrenamiento interválico fue descrito, por primera vez, por Reindell y Roskamm en Alemania y, posteriormente, fue popularizado por el campeón olímpico en pruebas de fondo Emil Zátopek en 1950. Desde una perspectiva de salud pública, los llamados protocolos “HIIT” tienen una importante relevancia científica, ya que “la falta de tiempo” y “el sedentarismo” siguen siendo dos de las barreras comúnmente más citadas para realizar ejercicio de forma regular en todas las edades.
Entrenamientos interválicos
A corto plazo, los programas que incluyen protocolos tipo “HIIT” han demostrado ser unos métodos seguros que producen mejoras significativas en varios índices de salud relacionados con la edad, como, por ejemplo, en la capacidad cardiorrespiratoria, la composición corporal, la función endotelial (que juega un importantísimo papel en la regulación, mantenimiento y control de las funciones cardiocirculatorias) y en los marcadores del control de la glucosa en sangre y de los lípidos (colesterol, triglicéridos), tanto en individuos sanos como en aquellos en riesgo cardiovascular (sedentarismo, exceso de peso o dieta inadecuada) o en sujetos afectados por algún tipo de enfermedad cardiometabólica (hipertensión arterial, fallo cardiaco congestivo o síndrome metabólico).
Actualmente, el Grupo de investigación en Biomecánica y Fisiología del Movimiento (BIOFIM) de la UPNA, dirigido por el catedrático Mikel Izquierdo, en colaboración con el profesor Robinson Ramírez Vélez, del Centro de Estudios en Medición de la Actividad Física (CEMA) de la Universidad del Rosario de Bogotá (Colombia), ha iniciado un proyecto de investigación denominado “Entrenamiento interválico de alta intensidad para la mejora de la salud Cardiometabólica en pacientes con sobrepeso (Cardiometabolic HIIT-RT Study)». Su objetivo es evaluar los efectos de diferentes intervenciones de ejercicio físico e intensidades sobre la función endotelial, la variabilidad de la frecuencia cardiaca y varios biomarcadores del metabolismo de los lípidos y los carbohidratos (unos tipos de nutrientes) en adultos con exceso de peso. Esta iniciativa examinará la respuesta individual de las personas a este tipo de entrenamiento para realizar en un futuro un programa de entrenamiento “a la carta” y personalizado.
Los primeros resultados de este proyecto muestran que el HIITT, respecto al entrenamiento tradicional continuo moderado-intenso de alto volumen, tiene efectos superiores en el incremento el flujo sanguíneo, lo que favorece la vasodilatación y previene enfermedades como la hipertensión arterial y el fallo cardiaco. Otras adaptaciones cardiacas tras un entrenamiento con “HIIT” han sido la reducción de la frecuencia cardiaca en reposo (bradicardia).
Con los resultados obtenidos de este proyecto de colaboración entre la Universidad Pública de Navarra y la Universidad del Rosario de Bogotá (Colombia) se podrá contribuir a dilucidar posibles mecanismos implicados en el desarrollo de las enfermedades no transmisibles y proporcionar información para el diseño e implementación de intervenciones encaminadas a prevenirlas en cualquier etapa de la vida.
Esta entrada ha sido realizada por Mikel Izquierdo Redín, catedrático del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra (UPNA)