¿Cuáles son los beneficios en salud de los nuevos antivirales para el tratamiento de la hepatitis C crónica?

En 2015, la hepatitis C crónica constituía un problema de salud pública de importante magnitud, con, aproximadamente, 500.000 personas afectadas en España. Las complicaciones de esta enfermedad son potencialmente graves, como el cáncer hepático y la cirrosis y, por este motivo, la hepatitis C crónica constituía la primera causa de trasplante de hígado en nuestro país.

Ante este problema de salud, es importante disponer de una terapia eficaz. Precisamente, el objetivo del tratamiento antiviral es eliminar la infección por el virus de la hepatitis C, para evitar la progresión de la enfermedad y sus complicaciones. Hasta el año 2015, el tratamiento se basaba en interferón, con tasas de éxito limitadas y múltiples efectos adversos. Desde ese año, se han comercializado en España diferentes combinaciones de antivirales de acción directa contra el virus, lo que ha supuesto un cambio relevante en el manejo de la enfermedad.

 

Los ensayos clínicos de estos nuevos fármacos mostraban resultados prometedores, con alta eficacia para conseguir la curación de la infección. Esta situación generó una elevada demanda de tratamiento por parte de los pacientes, pero el elevado coste inicial de los fármacos dificultaba el acceso simultáneo de todos ellos al tratamiento. Por eso, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad elaboró un “Plan Estratégico para el abordaje de la Hepatitis C”, priorizando el tratamiento de aquellos pacientes que se encontraban en las fases más avanzadas de la enfermedad. El descenso progresivo del coste de los fármacos posibilita actualmente el tratamiento de todos los pacientes con hepatitis C.

Ante la llegada de los nuevos medicamentos, existía la necesidad de evaluarlos en la vida real, ya que los resultados terapéuticos en la práctica clínica pueden ser menos favorables que los observados en los ensayos clínicos.

La tesis elaborada por quien esto escribe se ha centrado en conocer el impacto real de los antivirales de acción directa en términos de efectividad, seguridad y efecto sobre la calidad de vida de los pacientes tratados en Navarra.

El estudio se centró en tres ejes: saber cuánto curan los nuevos antivirales, cómo lo hacen (si son seguros) y el impacto sobre la calidad de vida de los pacientes, un aspecto novedoso ya que apenas había sido evaluado previamente en los ensayos clínicos. Se estudiaron los pacientes tratados con antivirales de acción directa en el Complejo Hospitalario de Navarra, desde 2015 a 2017. El tratamiento se consideró efectivo cuando no se detectaba el virus en sangre a las doce semanas de finalizar el tratamiento (respuesta viral sostenida).

La efectividad global de los antivirales de acción directa en Navarra fue del 97%. Los resultados han sido muy positivos incluso en aquellos subgrupos que se consideraban difíciles de tratar (presencia de cirrosis hepática, coinfección por VIH, fracaso terapéutico previo a interferón), con tasas de curación superiores al 95%.

 

El estudio de la seguridad terapéutica incluyó a 227 pacientes monoinfectados por el virus de la hepatitis C. No se produjo ningún abandono voluntario de la terapia y solamente en un caso se suspendió por toxicidad renal. La alteración analítica más frecuente fue la anemia (33%), asociada al empleo de ribavirina con los antivirales. Sin embargo, esta fue de grado leve y transitoria, ya que los pacientes se recuperaban al finalizar el tratamiento. Este fármaco se utilizó en los primeros años, pero actualmente está en desuso.

La participación en el estudio de calidad de vida fue elevada, incluyendo a 206 pacientes con respuesta viral sostenida (79% de las personas a las que se propuso el estudio). Después de eliminar la infección por el virus de la hepatitis C, se observó un descenso en la proporción de pacientes que referían problemas de movilidad (de 35% a 24%), dolor o malestar (de 60% a 42%) y ansiedad/depresión (de 57% a 44%). Asimismo, hubo un aumento de diez puntos en el estado de salud autorreferido, lo que refleja una mejoría en la valoración global de la salud por parte de los pacientes. Este beneficio sobre la calidad de vida se observó también en los pacientes coinfectados por el VIH y en los pacientes cirróticos.

La comparación de la calidad de vida con la de la población general española mostró más problemas entre los pacientes con hepatitis C crónica antes del tratamiento, principalmente, en aquellos que se encontraban en las fases más avanzadas de la enfermedad. Después de curar la infección, persistían las diferencias, hasta tres veces más frecuente la limitación en las actividades cotidianas y la ansiedad/depresión entre los pacientes con respuesta viral sostenida que en la población general. Sin embargo, la valoración global del estado de salud consiguió asemejarse a la de la población española (75 puntos y 77 puntos, respectivamente).

Cuando se comparaban los resultados en función del grado de fibrosis hepática, aquellos pacientes con fibrosis leve fueron los que más se equipararon a la población general después de la curación, con un nivel similar de problemas en movilidad, autocuidado, actividades cotidianas y dolor o malestar. En cambio, los pacientes cirróticos continuaron estando alejados de la población general española, principalmente en los problemas relativos a las dimensiones físicas de la salud. Mejorar la calidad de vida y los problemas referidos por los pacientes son un objetivo de salud importante una vez curada la hepatitis C.

En definitiva, los nuevos antivirales han demostrado tener un buen perfil de seguridad en práctica clínica, simplificando la monitorización de los pacientes durante la terapia, con un menor consumo de recursos sanitarios. La curación de la infección por el virus de la hepatitis C tiene un impacto positivo sobre la calidad de vida de los pacientes, consiguiendo equipararla a la de población general española del mismo sexo y edad para los pacientes en los estadios más leves de la enfermedad.

 

Esta entrada ha sido elaborada por la farmacéutica hospitalaria Regina Juanbeltz Zurbano, doctora en Ciencias de la Salud por la Universidad Pública de Navarra (UPNA) con una tesis sobre el tratamiento de la hepatitis C crónica con antivirales acción directa de segunda generación