#UPNAResponde/#NUPekErantzun: No lo empeoren otra vez, por favor

Responde: Mar Rubio-Varas, profesora titular del Departamento de Economía y subdirectora del Instituto Inarbe (Institute for Advanced Research in Business and Economics) de la Universidad Pública de Navarra.

 

Vengo barruntando lo que parece ser un hecho histórico: en este país las crisis económicas internacionales en las que nos vemos involucrados se ven empeoradas por crisis de política interna. Es un problema de diseño institucional que se arrastra y explota en el peor momento. La mayor crisis económica del capitalismo del siglo XX, la Gran Depresión de los años 1930, coincidió en España con la proclamación de la II República. La crisis económica no fue en España tan grave como en otros lugares del mundo, pero la crisis política y social acabó arrastrando al país a la Guerra Civil. Pasó de nuevo en los 1970s, cuando la crisis del petróleo coincidió con el final de la dictadura y no fue hasta 1977 –y con renuencias– que hubo cierto acuerdo entre las fuerzas políticas de arrimar el hombro. La crisis económica consecuencia de la subida internacional de los precios del crudo se vio agravada y alargada en nuestro país por la incapacidad de aunar fuerzas, la búsqueda de rentas de unos y la inacción de otros. La tercera crisis económica internacional por relevancia del último siglo sería la década perdida que comienza en 2008 ¿la pasamos sin crisis política? Repasemos: entre 2008 y 2019 hicieron falta 5 elecciones generales y aún así estuvimos la mayor parte de la década con gobiernos en funciones o débiles, sin presupuestos generales del estado (la mayor herramienta de cualquier gobierno), a lo que hubo que añadir el oportunismo político del independentismo catalán que contribuyó a la desestabilización tanto o más que la crisis económica en sí. Básicamente defiendo que, durante el último siglo, las crisis internacionales actúan como catalizadores de las crisis institucionales internas que arrastramos como país, lo que a la postre, agrava la dimensión y la extensión de las primeras. Si no se pone remedio, volverá a pasar con el Covid-19.

Los historiadores económicos sabemos que no es un problema cultural o de mala suerte. Es un problema de diseño institucional. Ningún partido quiere una verdadera reforma institucional, que sirva para contrapesar los intereses de todos. Solo quieren que cuando estén en el poder las instituciones sean suyas y solo suyas. Tenemos un buen contra- ejemplo muy cerca. Portugal hizo un verdadero cambio institucional y tiene unos políticos y una política mucho mejores que las nuestras en cualquier sentido. Y un ejemplo palmario es su buena gestión ante el Covid-19. Siendo más pobres que nosotros, lo han gestionado todo mucho mejor. En Portugal, la oposición le desea suerte al gobierno. Entienden que su suerte es la de todos. Aquí no.

Los políticos tienen una importancia vital en la vida de los ciudadanos, tanto los que están en el gobierno, como los que están en la oposición. La política española tiene la mala costumbre de empeorar las crisis internacionales con trifulcas políticas internas. Y solo porque los políticos aprovechan el revuelo para arrimar el ascua a su sardina, echar barro al contrario o las dos cosas a la vez. En lugar de ser parte de la solución, los políticos se convierten en parte del problema. Parecen ignorar que cada caída/acierto del Gobierno es un problema/mejora para todos. Dice el premio nobel de economía Finn Kydland que la enemiga de la prosperidad es la incertidumbre que genera la mala política. Los políticos no pueden dar más miedo que el virus. Los que están convencidos de que la acción de gobierno es mala o equivocada, deberían plantear alternativas, apuntar soluciones, apoyar con ideas y empujar para que se hagan mejor las cosas. Y el gobierno debe abandonar todo ego -personal, ideológico o partidista- y estar dispuesto a escuchar a los demás y realizar una verdadera política de pactos sin aspirar a patrimonializar los logros. Cualquier otra cosa será un gran fracaso. Y lo será de todos.

 

Nota 1: las personas interesadas podrán plantear a investigadores de la UPNA cuestiones relacionadas con el coronavirus o el estado de alarma a través del correo electrónico ucc@unavarra.es, incluyendo en el asunto #UPNAResponde/#NUPekErantzun.