#UPNAResponde/#NUPekErantzun: ¿Puede el confinamiento agravar situaciones de violencia de género?

Responde: Patricia Amigot Leache, profesora del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad Pública de Navarra (UPNA).

 

A pesar de que el confinamiento en los hogares es duro para todo el mundo, hay circunstancias que intensifican su impacto negativo. En este sentido, el confinamiento endurece el infierno de las mujeres que sufren violencia por parte de su pareja y conviven con su agresor. Las estimaciones realizadas a partir de la última macroencuesta sobre violencia de género en el Estado –que data del 2015, la desarrollada en 2019 no se ha publicado todavía–, cifran en casi medio millón las mujeres que pueden estar padeciendo situaciones de violencia, de tipos e intensidades variables. El hogar es sinónimo de tensión, de amenaza y de sufrimiento para muchas mujeres. Porque esta violencia no es un acto puntual: es un proceso y una realidad cotidiana.

La desigualdad estructural de género es la base de la violencia contra las mujeres. En situaciones de violencia en la pareja, los agresores recurren a la violencia para mantener una posición jerárquica naturalizada. Como señala Luis Bonino, agreden porque se sienten con derecho de agredir, pero en esta dinámica intervienen diversas variables que operan como desencadenantes o moduladores de la violencia, sea psicológica, física o sexual. Es evidente que el confinamiento aumenta el riesgo de agresión al intensificar el malestar del agresor y la proximidad con la víctima. Pero, sobre todo, el aislamiento acrecienta la situación de vulnerabilidad de las mujeres en hogares no seguros, porque restringe los espacios y los tiempos de soledad y, por tanto, las diversas estrategias de supervivencia de las mujeres y las opciones relacionales de compañía y apoyo. Además, dificulta enormemente la posibilidad de pedir ayuda. Sabemos que las separaciones, las denuncias y los intentos de denuncia suelen provocar una escalada de la violencia.

En este contexto, se han articulado iniciativas que plantean procedimientos de solicitud de auxilio diferentes a los habituales, como pueden ser las redes, y se han lanzado campañas que nos recuerdan que este problema es un problema social y que nos concierne a todos y todas.

Mujer

Los servicios de intervención integral están haciendo esfuerzos para adecuarse a esta situación, aunque algunos recursos tienen limitaciones que urge transformar. Las plazas de los recursos de acogida, en algunos lugares, son muy limitadas, y más en una situación que provoque un incremento del número de casos. Por otro lado, el propio diseño de algunos de ellos, sin autonomía para los núcleos familiares de las mujeres y sus criaturas –lo que resulta en una convivencia intensiva y cambiante–, puede endurecer más todavía la vida en común en una situación de encierro, tanto para ellas como para las profesionales que trabajan en ellos.

Es positivo que los medios de comunicación hayan mostrado cierta preocupación por las situación de las mujeres que sufren violencia, que se esfuercen en lanzar mensajes de apoyo y acompañamiento y que faciliten información práctica. No obstante, sería necesario también emitir esos mensajes desde la comprensión y la perspectiva de género y no reproducir una constante del imaginario social que consiste en focalizar el problema en las víctimas y desdibujar a los agresores, aunque sea con buena intención. Hace unos días, aconsejaban en TVE1 a las mujeres que pudieran estar en esta situación que “no provocaran conflictos”, mensaje que traslada una responsabilización de las víctimas –entiendo que no intencionada–. Quizá en estas circunstancias deberían enviarse más mensajes a los potenciales agresores, puesto que la violencia de género, como señala Rita Segato, es un problema de algunos hombres que sufren las mujeres.

 

 

Nota: las personas interesadas podrán plantear a investigadores de la UPNA cuestiones relacionadas con el coronavirus o el estado de alarma a través del correo electrónico vicerrectorado.proyeccionuniversitaria@unavarra.es, incluyendo en el asunto #UPNAResponde/#NUPekErantzun.