Una UCI o Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital se caracteriza por atender los enfermos que presentan una mayor gravedad o mayor necesidad de soporte para los diferentes sistemas orgánicos afectados. Al contrario de lo que se podría pensar, los pacientes que ingresan en ellas no lo hacen “para morir”, puesto que uno de los condicionantes de su ingreso es que exista una razonable expectativa de recuperación con buena calidad de vida. A pesar de ello, la mortalidad en estas unidades es elevada. Un estudio centrado en el Complejo Hospitalario de Navarra, fruto de mi tesis doctoral leída en 2015 en la Universidad Pública de Navarra (UPNA), la situó en el 19,8%.
Debido a las necesidades tecnológicas y de personal sanitario, las UCI son caras. En Navarra, se estima que el precio diario de una cama de UCI es de unos 1.455 euros, frente a los 647 euros de la estancia diaria en una planta convencional. Por otra parte, las opciones de recuperación se reducen para aquellos pacientes que precisan ingresar en una UCI, pero no lo pueden hacer al no disponerse de una cama libre para ellos.
Así, la elección del número de camas de una UCI es un problema con dos vertientes: por un lado, un número de camas elevado supone un gasto excesivo, mientras que, por otro, un número escaso podría significar un problema de atención sanitaria.
Con el fin de buscar la solución más equitativa a este problema, un modelo matemático de simulación, desarrollado en mi tesis doctoral, ha servido para predecir la ocupación de las camas de la UCI-A del Complejo Hospitalario de Navarra (antiguo Hospital de Navarra), basado en los datos de ingreso y duración de la estancia de los pacientes atendidos durante nueve años, que en total ascendieron a 6.300.
A diferencia de los métodos clásicos utilizados previamente para esta finalidad, este método es capaz de contemplar la variabilidad tanto en los ingresos como en la duración de las estancias, por lo que su capacidad predictiva es superior. En la construcción de este modelo, se han resuelto problemas que aún quedaban pendientes en otros de este tipo, como el ajuste de las estancias prolongadas y, sobre todo, la incorporación de las decisiones médicas dirigidas a modificar la duración de la estancia de algunos pacientes.
Estas decisiones se manifiestan en la reducción de la estancia en la UCI de algunos enfermos cuando han alcanzado un nivel mínimo de recuperación que les permite continuar su proceso en una planta de hospitalización convencional, debido a que es necesaria su cama para otro paciente de mayor gravedad; en circunstancias de menor ocupación, el alta de estos paciente sería demorada algún tiempo.
En este sentido, el médico actúa a la vez como médico y como gestor de un recurso común que, en ocasiones, es escaso. La inclusión de este comportamiento en un modelo matemático de simulación ha sido un hecho inédito que ha permitido representar de forma correcta la ocupación de las camas de la UCI-A del Complejo Hospitalario de Navarra.
Este modelo matemático construido permite predecir cuáles van a ser las necesidades de camas o cuántos pacientes no van a poder ser ingresado por falta de cama ante múltiples supuestos. De esta forma, podemos conocer con precisión la necesidad de camas en el futuro si continua el incremento de ingresos de pacientes ancianos que se está observando en los últimos años; o las necesidades en situaciones agudas, como podría producirse tras una pandemia como lo fue la gripe A/H1N1; o las repercusiones, en la ocupación, de cambios de funcionamiento: por ejemplo, modificaciones en la programación quirúrgica de los pacientes que requieren pasar el periodo postoperatorio inicial en la UCI; creación de Unidades de Cuidados Intermedios, para aliviar la ocupación de las UCI, etc. Todos estos análisis ayudan en la búsqueda de la gestión más eficaz de las camas de UCI.
Para esta investigación, he contado con la participación de un equipo multidisciplinar formado por especialistas en Medicina Intensiva (compañeros de la UCI del antiguo Hospital de Navarra) y por expertos en Investigación Operativa, como los dos directores de mi tesis doctoral: Cristina Azcárate Camio y Fermín Mallor Giménez, profesores del Departamento de Estadística, Informática y Matemáticas de la Universidad Pública de Navarra.
Esta entrada ha sido realizada por Julio Barado Hualde, licenciado en Medicina y Cirugía, especialista en Medicina Intensiva en el Servicio de Medicina Intensiva del Complejo Hospitalario de Navarra y doctor por la UPNA, con un tesis sobre modelos de simulación de la ocupación de las camas de una Unidad de Cuidados Intensivos