Evolución de la población y los asentamientos de Navarra

La población navarra experimenta, a lo largo del siglo XX y de los años transcurridos del XXI, grandes transformaciones, tanto en su evolución, distribución y estructura, como en los movimientos naturales y migratorios, debido a la evolución socioeconómica.

Esos cambios demográficos se encuadran en cinco grandes etapas que poseen los siguientes rasgos:

  • La primera mitad del siglo XX se caracteriza por un crecimiento reducido, correspondiente a una Navarra, de modo mayoritario, agraria y emigrante.
  • De 1960 a 1980 tiene lugar el mayor proceso industrializador, que genera un gran incremento de la población, fruto principal de la inmigración interior y la elevada natalidad.
  • En la década de 1980 y el primer lustro de 1990 se produce un estancamiento demográfico, provocado por la paralización de la inmigración anterior y el descenso de la natalidad, todo ello en el marco de una profunda crisis industrial.
  • De finales del siglo XX hasta concluir la primera década del actual, hay un crecimiento muy acelerado de la población, generado por la ingente inmigración exterior y un cierto repunte de la natalidad en un momento de enorme bonanza económica, correspondiente a una sociedad, en buena parte, terciarizada (basada en el sector servicios).
  • Los últimos años muestran un ligero retroceso poblacional, causado por el freno de la inmigración, el surgimiento de una emigración exterior y el descenso de la natalidad, en un contexto de crisis generalizada.

En consecuencia, hemos pasado de una población joven (ver la pirámide del año 1900) a otra más envejecida (año 2015), dedicada en su mayoría a las actividades de servicios e industriales. El peso superior de estas actividades en la economía navarra respecto al que tienen en el conjunto de España ha permitido a nuestra Comunidad resistir mejor los embates de la primera crisis económica global del siglo XXI.

Paralelamente, hay un gran desarrollo de los espacios urbanos que se refleja, de un modo especial, desde la década de 1960 en el nacimiento, la consolidación y la ampliación del área metropolitana de Pamplona, cuya periferia crece, sobre todo desde los años 1990, a un ritmo trepidante. Esta aglomeración urbana, que tiene una elevada densidad, concentra más de la mitad de la población navarra en nuestros días y una buena parte de la actividad económica (sobre todo, los sectores más punteros). Entre estos, además de la industria (automoción, mecatrónica y energías renovables), destacan los relacionados con el terciario más avanzado (salud, educación e investigación).

No obstante, la mayoría de las pequeñas ciudades que vertebran el territorio navarro también han crecido a lo largo de este tiempo, al experimentar similares procesos socioeconómicos. Entre ellas, sobresale Tudela, la segunda ciudad de la Comunidad y articuladora de buena parte del sector central del Ebro, así como el segundo espacio con mayor crecimiento de funciones.

Sin embargo, el medio rural, de un modo especial el más alejado de las áreas urbanas y de los grandes ejes económicos, reduce sus efectivos; en bastantes casos, drásticamente.

En síntesis, se pone de manifiesto cómo la población es una variable explicativa de los procesos espaciales y, también, explicada por las actividades desarrolladas en el territorio navarro.

 

Este post ha sido realizado por Juan José Calvo Miranda (profesor de Geografía Humana en la Universidad Pública de Navarra)