Todo visitante de Pamplona fuera de las fiestas de San Fermín suele hacer el mismo comentario: “¡Qué pequeña es la plaza del Ayuntamiento!”. Entonces, ¿por qué parece tan grande cuando la vemos por la tele el día del Chupinazo?
Se trata de un “truco” de la percepción. Cuando recibimos información del mundo a través de nuestros sentidos, no nos comportamos como una cámara de vídeo que se limita a registrar lo que ocurre. Las personas construimos la percepción y, en ese proceso de construcción, incorporamos multitud de informaciones diferentes. En general, somos mucho mejores apreciando diferencias que valores absolutos. Millones de años de evolución han ido seleccionando la capacidad de decidir qué fruta está más madura, qué animal es más grande o qué planta es más alta, mientras que no importaba el valor preciso de esa altura, peso o color.
En la percepción del tamaño de un objeto, nos vemos influidos por el contexto. Un ejemplo clásico es la ilusión de Ebbinghaus Titchener, descrita a finales del siglo XIX.
En ella, un círculo del mismo tamaño objetivo lo percibimos mayor cuando está rodeado de círculos pequeños que cuando lo está de otras mucho mayores.
En este vídeo de la serie “Ciencia en el bar”, protagonizado por Javier Armentia Fructuoso, astrofísico y director del Planetario de Pamplona, y Joaquín Sevilla Moróder, profesor, investigador y responsable de Divulgación del Conocimiento de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), se pretende mostrar este efecto en el caso de la plaza que acoge el Chupinazo que da comienzo a los Sanfermines.
En él, los dos divulgadores explican que dicha sensación es un fenómeno que se debe a la percepción integrada o global que el ser humano tiene de los espacios y de los elementos contenidos en ellos. En el caso de la Plaza del Ayuntamiento de Pamplona, tenemos una especie de ilusión de Ebbinghaus al revés: en vez de ser el continente el que condiciona la percepción del contenido, es lo que hay dentro (una muchedumbre) lo que influye en la percepción del recinto, que lo presuponemos mucho más grande para alojar a tanta gente. Y es que los “trucos” de la percepción no sólo ocurren en situaciones de laboratorio diseñadas para engañar; ocurren en la vida cotidiana.
Esta entrada ha sido editada por Joaquín Sevilla Moróder, responsable de Divulgación del Conocimiento de la Universidad Pública de Navarra (UPNA)