Responde: Ana Mendióroz Lacambra, profesora del Departamento de Ciencias Humanas y de la Educación, directora de la Cátedra Aprender-Ikasi Fundación Caja Navarra e investigadora del Instituto I-Communitas (Institute for Advanced Social Research-Instituto de Investigación Social Avanzada) de la Universidad Pública de Navarra (UPNA)
El profesorado de educación obligatoria (y también del resto de etapas educativas) está haciendo lo imposible para colgar contenidos en las plataformas «online», con el objetivo de que el alumnado siga avanzando en los temarios. Además, en muchos casos reconoce, y la literatura científica así lo avala, que no se siente competente para crear contenidos con las TIC (tecnologías de la información y la comunicación).
Esto, que, a priori, parecía “solucionar” el parón educativo impuesto por la pandemia, no hace sino incrementar la brecha educativa. El alumnado más desfavorecido no tiene acceso en su domicilio a un ordenador y, mucho menos, a internet. Además, y en el caso de los hogares que sí se lo pueden permitir, los estudiantes necesitan la ayuda de un adulto para organizar y realizar las múltiples tareas encomendadas por los colegios. Hay muchos casos que los adultos no pueden apoyar a sus hijos, bien porque no están capacitados o bien porque están trabajando en casa o fuera de ella.
A todo esto, hay que añadirle el nivel de ansiedad que supone este confinamiento para toda la población.
¿Y si aprovechamos este periodo también no solo para instruir en contenidos específicos de cada materia sino en otros que son transversales en el currículo escolar? Por ejemplo, en la etapa de Educación Primaria son contenidos curriculares los valores y las normas de convivencia como desarrollar hábitos de trabajo individual y en equipo, de esfuerzo y responsabilidad, así como actitudes de confianza en sí mismo, con sentido crítico, iniciativa personal, curiosidad, interés y creatividad. El alumnado de esta etapa debe adquirir habilidades para la prevención y para la resolución pacífica de conflictos, que le permitan desenvolverse con autonomía en el ámbito familiar y doméstico, así como en los grupos sociales con los que se relaciona.
Es importante no olvidar que el esfuerzo del sistema educativo debe ir dirigido más que a instruir, a formar una futura ciudadanía responsable y comprometida con el mundo que le toque vivir. ¿Por qué no aprovechamos esta circunstancia para enseñarles también a ser?
Nota: las personas interesadas podrán plantear a investigadores de la UPNA cuestiones relacionadas con el coronavirus o el estado de alarma a través del correo electrónico vicerrectorado.proyeccionuniversitaria@unavarra.es, incluyendo en el asunto #UPNAResponde/#NUPekErantzun.