Un modelo para predecir cuántas camas UCI harán falta durante cada oleada

Responde: Fermín Mallor Giménez, catedrático de Estadística e Investigación Operativa del Departamento de Estadística, Informática y Matemáticas de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y Daniel García de Vicuña Bilbao, estudiante de doctorado en el ISC (Institute of Smart Cities) de la UPNA.

Imagen de Fernando Zhiminaicela en Pixabay

La crisis financiera mundial de 2008 puso de moda en España el término económico “prima de riesgo”, hasta entonces desconocido. Del mismo modo, la pandemia ha popularizado expresiones y términos como “doblar la curva”, “incidencia acumulada” e incluso conceptos epidemiológicos más específicos como “el número efectivo de reproducción R₀”. Ocupan portadas de periódicos, así como espacios en noticiarios televisivos y radiofónicos. Constituyen una muestra del uso de las matemáticas para describir la evolución de la pandemia y para proporcionar indicadores con los que las autoridades políticas pueden fundamentar una toma de decisiones informada sobre medidas de distanciamiento social y restricciones a la movilidad.

Sin embargo, los modelos matemáticos no solo sirven para describir qué ha pasado o el estado actual de la pandemia, sino que pueden facilitar predicciones muy útiles sobre cómo va a evolucionar. Estas son útiles para la planificación de los recursos sanitarios necesarios para atender a paciente covid-19, como las camas UCI. La planificación facilita la utilización eficiente de recursos y, en consecuencia, proporcionar una mejor atención a todos los pacientes, covid y no covid.

Los modelos matemáticos más útiles para predecir variables relacionadas con la evolución de la pandemia son los de simulación. Estos modelos son capaces de representar características complejas de la realidad pandémica, como su aleatoriedad e incertidumbre, así como la variabilidad en el impacto que la enfermedad puede tener en distintas personas.

Modelos que simulan la actividad diaria de miles de individuos

Durante la pandemia se han popularizado algunos modelos de simulación basados en agentes, los cuales tratan de reproducir en el ordenador el comportamiento de un número muy elevado de personas (agentes) representativos de la sociedad de una región o país. Para ello, cada persona tiene creada (simulada) su red de contactos que reproducen los ámbitos familiares, de trabajo y social. Las personas están clasificadas en grupos que representan su estado en relación con la enfermedad.

La clasificación básica considera los grupos de infectados (y en disposición de contagiar), de susceptibles (que pueden ser contagiados) y de personas que ya han pasado la enfermedad y son inmunes o que han fallecido. El modelo matemático reproduce la dinámica diaria de contactos de cada agente y la posibilidad de contagio en cada uno de ellos para recrear la evolución global del número de personas contagiadas. Se trata de modelos que extienden, incorporando la aleatoriedad y la variabilidad citadas anteriormente, los modelos epidemiológicos compartimentales tipo SIR (susceptible-infected-removed).

Estos modelos, son muy útiles para evaluar las consecuencias de distintas políticas de distanciamiento social en la transmisión del virus y de distintas estrategias de vacunación en la población.

La dinámica hospitalaria reproducida por un modelo de simulación

Sin embargo, para predecir las necesidades de camas hospitalarias y de UCI son más adecuados modelos de simulación estocásticos de tipo mecanicista que se fundamentan en dar respuesta a las siguientes dos cuestiones:

  1. ¿Cuántos pacientes van a ingresar en el hospital cada uno de los próximos días?
  2. ¿Dónde y durante cuánto tiempo van a estar ingresados cada uno de estos pacientes?

La respuesta a la primera cuestión se consigue ajustando a la serie de datos de ingresos diarios de pacientes una curva que parte de cero, que experimenta un crecimiento exponencial, para posteriormente estabilizarse (en la llamada “meseta”) y finalmente decrecer de nuevo hacia cero.

Se utilizan curvas de crecimiento poblacional de tipo Gompertz, cuya derivada se muestra en la Figura 1. Con esta curva se estima cuántos pacientes, de media, van a ingresar cada uno de los días del futuro.

Una distribución de probabilidad de Poisson, con estos valores medios, facilita la simulación del número de pacientes (y con sus características de edad, sexo, etc.) que ingresa en el hospital cada día del futuro.

Figura 1. Ajuste estadístico a la serie diaria de hospitalizaciones.
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A la segunda cuestión se le da respuesta representando con precisión lo que ocurre puertas adentro del hospital (o conjunto de hospitales de una región).

La Figura 2 representa el flujo de pacientes por las instalaciones hospitalarias.

Un paciente COVID cuando ingresa en el hospital lo puede hacer directamente en UCI o bien en una planta para agudos. Desde aquí el paciente puede requerir un posterior ingreso en UCI, o bien ser dado de alta, por recuperación o por fallecimiento. Los pacientes que están ingresados en UCI pueden ser dados de alta bien por mejoría y terminar la recuperación en planta, o bien por fallecimiento.

En el gráfico se detallan todos los parámetros que son necesarios para recrear (simular) la trayectoria de un paciente COVID en el hospital: mediante letras “p” se denotan las probabilidades que determinan las trayectorias en las bifurcaciones y mediante letras mayúsculas, W, Y, X, los tiempos que el paciente permanece en las instalaciones.

Estos tiempos varían entre pacientes y son descritos mediante distribuciones de probabilidad que son estimadas, así como las probabilidades “p”, a partir de los datos observados en la evolución de la pandemia.

Figura 2. Flujo de pacientes COVID en el hospital.
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Predicción como resultado del análisis estadístico de miles de realidades futuras posibles

A partir del conocimiento de cuántos pacientes están actualmente hospitalizados y simulando llegadas futuras de pacientes y sus trayectorias hospitalarias se puede prever cuántas camas van a ser necesarias en las siguientes semanas de pandemia. La Figura 3 muestra el resultado de las predicciones y los valores reales observados realizados durante la primera ola pandémica en Navarra. Cada vez que se realiza una simulación se obtiene una realidad (de ocupación de camas) distinta para el futuro.

Del análisis estadístico de miles de esos posibles futuros resultan las predicciones medias y unas bandas de confianza.

Figura 3. Predicción de camas UCI a partir del tiempo marcado en negro: estimación mediana y bandas de confianza. En verde valores reales de ocupación.
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Modelos útiles en la práctica que sólo necesitan cuatro fechas por paciente

Este modelo de simulación ha sido utilizado durante las tres últimas olas pandémicas en Navarra y durante la segunda y tercera en La Rioja por los responsables de la planificación hospitalaria. El Ministerio de Sanidad español también ha recibido informes diarios de previsión de ocupación hospitalaria durante la duración de la tercera ola.

Los datos guían la calibración y actualización continua (aprendizaje) del modelo de simulación. Únicamente cuatro fechas por paciente, registradas por los sistemas de información hospitalarios, son necesarias para la construcción y ejecución del modelo: ingreso y alta hospitalaria, e ingreso y alta en UCI (en caso de producirse).

Este reducido conjunto de datos necesarios, y su disponibilidad en tiempo (casi) real en los sistemas de información hospitalarios, constituye uno de los puntos fuertes del modelo matemático en comparación con otros que precisan del conocimiento de multitud de parámetros y distribuciones de probabilidad que no están disponibles en tiempo real, y que, en todo caso, pueden ser estimados una vez que la pandemia ha pasado.

Sin duda, esta aplicación constituye una muestra más de la aportación que pueden realizar las matemáticas para mitigar los efectos de la pandemia. Otras aplicaciones de las matemáticas pueden encontrarse en la página web de la acción matemática contra el coronavirus y en la página web del grupo de investigación q-UPHS.

Fermín Mallor Giménez, Catedrático de Estadística e Investigación Operativa, Universidad Pública de Navarra y Daniel García de Vicuña Bilbao, Estudiante de doctorado en el Instituto de Smart Cities, Universidad Pública de Navarra

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

#UPNAResponde/#NUPekErantzun: ¿Vacunas, qué vacunas? Preguntas esperando respuestas

Responde: Antonio G. Pisabarro De Lucas, catedrático de Microbiología en el Departamento de Ciencias de la Salud y director del Instituto IMAB (Institute for Multidisciplinary Research in Applied Biology-Instituto de Investigación Multidisciplinar en Biología Aplicada) de la Universidad Pública de Navarra (UPNA).

 

En episodios anteriores hemos hablado de las características del virus y de la enfermedad que produce, del origen de las epidemias y del futuro en un mundo con coronavirus. Hoy vamos a ver el método de prevención de la enfermedad en el que la humanidad tiene puesta su esperanza: las vacunas para defendernos del coronavirus.

Todos los seres vivos tenemos mecanismos para defendernos del ataque de microorganismos invasores: desde los sistemas de detección y destrucción del material genético extraño que tienen las bacterias, hasta la sofisticada repuesta inmune de los mamíferos con sus variantes inespecífica y adaptativa que hemos visto en otros artículos de esta serie. La variabilidad genética de los organismos, resultado de las mutaciones ocurridas al azar al replicarse su material genético durante su multiplicación, permite a los microorganismos patógenos y a los virus adaptarse a la presencia de antibióticos y antivirales convirtiéndolos en resistentes a los tratamientos con esas balas mágicas diseñadas para destruir al invasor dañando mínimamente al enfermo. Por esta razón, la lucha contra los patógenos basada únicamente en el uso de antibióticos tiene un futuro limitado: antes o después surgirán mutaciones que harán inefectivo el fármaco y el patógeno volverá a multiplicarse libremente. El futuro parece presentarse oscuro, y así sería si no fuera porque nuestro sistema inmune es capaz de adaptarse a las nuevas variantes de un patógeno de forma que cuando este cambia y puede zafarse de la defensa actual, nosotros desarrollamos una nueva defensa que vuelve a atraparlo y de la que volverá a escapar, y nosotros a atraparlo, y él a escapar, y nosotros a atraparlo ….

El sistema inmune adaptativo tiene dos herramientas para defender nuestro cuerpo de los invasores: la rápida y efectiva respuesta humoral basada en linfocitos B y en anticuerpos y la profunda y duradera respuesta celular basada en linfocitos T. Podemos estimular artificialmente ambas respuestas inmunes poniendo nuestro cuerpo en contacto con el patógeno o con partes de él de forma que nuestros linfocitos B y T aprendan a reconocerlo y a detenerlo. En esto consiste la vacunación: en enseñar a nuestro cuerpo de qué nos tiene que defender y en dejar que nuestro sistema inmune desarrolle en pocos días el sistema eficiente para hacerlo. En esta dirección se dirige una gran parte de la investigación a nivel internacional en la lucha contra el coronavirus. A fecha de hoy (10 de junio) la OMS registra una lista de 136 candidatos de vacuna contra el SARS-Cov-2 con distintos niveles de desarrollo clínico (10 candidatos) o preclínico (126 candidatos).

Podemos fabricar vacunas usando como estimulador del sistema inmune proteínas, o fragmentos de proteínas, del virus para enseñar a nuestro sistema inmune a producir anticuerpos que los bloqueen al infectarnos. Actualmente hay una vacuna anti SARS-Cov-2 de este tipo producida en las primeras fases de su ensayo clínico y un gran número en fases de investigación preclínica. Las vacunas basadas en proteínas del patógeno suelen desarrollar un tipo de inmunidad menos efectiva a largo plazo porque activan sólo una de las ramas de la respuesta inmune y necesitan dosis de recuerdo para ser efectivas. Sin embargo, son vacunas que pueden usarse en personas con el sistema inmune debilitado y, generalmente, producen una buena respuesta específica para la proteína (o elemento celular en el caso de las bacterias) contra el que se dirigen. Este tipo de vacunas se usa en la defensa frente a otros patógenos conocidos tales como el neumococo causante de la neumonía bacteriana o el virus causante de la hepatitis B.

Una alternativa más compleja es la utilización de virus inactivados que no van a poder multiplicarse en nuestro cuerpo. La inmunidad que producen estas vacunas es más completa que la proporcionada por las anteriores, aunque aún es también limitada porque se basa sólo en la producción de anticuerpos. Actualmente hay cuatro ensayos clínicos y cinco preclínicos con vacunas de este tipo frente al coronavirus. Este tipo de vacuna también es muy conocido y usado para el control de otras enfermedades tales como la polio (la vacuna inyectable, no la oral que está basada en virus vivos atenuados) o la vacuna de la gripe estacional que sería conveniente ponerse cada año (y este año más).

El siguiente nivel de eficiencia de las vacunas es el de las basadas en virus atenuados que son incapaces de producir la enfermedad pero que, como son muy similares al patógeno original, disparan una respuesta inmune muy efectiva. Este tipo de vacunas se ha usado con mucho éxito para el control de otras enfermedades tales como el sarampión o la rubeola, por ejemplo. Sin embargo, son vacunas con ciertos riesgos debidos a que el patógeno atenuado puede producir ciertos episodios similares a los de la enfermedad. Este es el caso de la vacuna oral frente a la polio que tiene su campo de acción en ciertas condiciones epidemiológicas que ya no se dan en España y, por eso, ha dejado de administrarse y ha sido sustituida por la vacuna inyectable que describí en el párrafo anterior. No hay actualmente ningún ensayo clínico de vacunas basadas en virus SARS-cov-2 atenuado; pero hay dos ensayos a nivel de laboratorio registrados por la OMS.

Aumentando el grado de efectividad, nos encontramos con las vacunas basadas en virus que han sido manipulados genéticamente para expresar en su superficie proteínas del SARS-Cov-2. Este tipo de vacunas que utilizan virus no patógenos o patógenos atenuados (que no son capaces de producir enfermedad) producen una respuesta inmune muy efectiva porque activan las dos ramas (inmunidad humoral basada en anticuerpos y celular basada en linfocitos T). Actualmente hay dos ensayos clínicos basados en esta tecnología que disfraza de coronavirus otro virus no patógeno (un adenovirus) de forma que aprendemos a defendernos frente al SARS-Cov-2 al infectarnos con el adenovirus modificado de la vacuna.


Ilustración: Manuel Álvarez García

Este tipo de vacuna de alta tecnología ha tenido muy buenos resultados en la lucha contra otra enfermedad infecciosa que nos preocupó a todos hace unos pocos años: la epidemia de Ébola. Hay varias vacunas contra este virus tan letal basadas en esta tecnología que han logrado controlar la epidemia que desde 2018 ha afectado a la República Democrática del Congo. Es importante señalar que, aunque el adenovirus exprese en su superficie proteínas del coronavirus, sigue siendo un inocuo adenovirus: aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Estas vacunas tienen, sin embargo, algunas limitaciones: su manejo es más complicado y también lo es su uso generalizado y, por otra parte, su empleo es problemático en personas con inmunodeficiencias.

Un paso adelante en la sofisticación de la vacuna es el uso de moléculas de ARN (el material genético del virus) o de ADN (su copia en una molécula más estable) como inductores de la respuesta inmune. Este tipo de vacunas es altamente experimental y aún no hay ningún tipo de vacunas de ADN aprobado para su uso; sin embargo, hay dos ensayos clínicos en marcha basados en vacunas de ARN y uno en una vacuna de ADN para protección frente a covid-19. En este tipo de vacunas se intenta hacer llegar a algunas células el material genético codificante de algunas proteínas del virus para que dichas células las produzcan y parezcan estar infectadas. Nuestro sistema inmune, como hemos visto en capítulos anteriores, reconoce las células infectadas y aprende a defenderse, usando la eficiente inmunidad celular, del virus que las infectó. Como en el caso de las vacunas en las que se disfrazaba un virus inocuo de coronavirus, disfrazar una célula de célula infectada no causa la enfermedad; pero nos ayuda a combatirla. Si este tipo de vacunas llegara a funcionar y fueran autorizadas, serían las más fáciles de producir en gran escala para una vacunación masiva.

Como ven, hay muchas alternativas, muchas pruebas y muchos caminos diferentes para buscar una o varias soluciones al ataque de este nuevo virus. Los datos disponibles de enfermedades causadas por otros coronavirus indican que nuestro cuerpo desarrolla una respuesta inmune eficiente que evita posteriores infecciones. Así mismo, la presencia de anticuerpos frente al coronavirus en pacientes de la enfermedad en la epidemia actual sugiere que la inmunoterapia podrá ser una vía efectiva para su prevención. Es esperable que se puedan desarrollar varias vacunas con diferentes grados de efectividad. La variabilidad del coronavirus, un virus de ARN, hará que probablemente no sea posible obtener una vacuna definitiva que nos proteja de por vida. Sin embargo, es esperable que podamos poner muchas dificultades a la circulación del virus y que podamos atenuar el efecto de la enfermedad y de las epidemias de este virus en un futuro.

Ya es tarde; sin embargo, no quiero despedirme sin resaltar de nuevo el potencial de nuestro sistema inmune para defendernos de los patógenos que nos rodean. En nuestras sociedades desarrolladas muchas veces se renuncia alegremente al uso de vacunas alegando las más variadas y, digámoslo suavemente, exóticas razones. Nuestro sistema inmune está trabajando constantemente defendiéndonos de un entorno agresivo que no nos lo parece porque él está ahí: piensen en los enfermos inmunodeprimidos o en los que carecen de sistema inmune y consideren qué posibilidades y calidad de vida tienen. Seguimos vivos gracias a nuestro sistema inmune que está alerta frente a decenas de miles de potenciales agresores cada día. Ayudarle en su trabajo es ayudarnos a nosotros mismos y ayudar a la comunidad en la que vivimos.

Mientras tanto, cuídense.

 

Nota 1: listado de artículos del catedrático Antonio G. Pisabarro De Lucas sobre el coronavirus.

1. ¿Qué es el coronavirus?

2. Coronavirus: ¿cómo es el «malo» de esta película?

3. ¿Quiénes son las primeras víctimas del ataque del coronavirus?

4. ¿Cómo nos invade el virus? El primer encuentro del virus con nuestras células

5. ¿Cómo secuestra el coronavirus la célula?

6. ¿Cómo sabe el sistema inmune que una célula está infectada? Diario de la resistencia. Día 1

7. ¿Cómo se producen los primeros síntomas de la enfermedad covid-19? Fuego y explosiones en el inicio de la batalla

8. ¿Qué es la tormenta de citoquinas? Diario de resistencia ante el coronavirus

9. ¿Cómo se producen los anticuerpos contra el coronavirus?

10. ¿Qué son los linfocitos T y cómo luchan contra las células infectadas? Los linfocitos responsables de la lucha célula a célula

11. ¿Por qué afecta el coronavirus de forma diferente a distintas personas? Preguntas esperando respuestas

12. ¿Por qué afecta el coronavirus de forma tan grave a las personas mayores? Preguntas esperando respuestas

13. ¿Por qué se producen las epidemias? Preguntas esperando respuestas

14. ¿Qué medimos con cada uno de los tipos de pruebas de detección del coronavirus? Preguntas esperando respuestas

15. Transmisores y supertransmisores Preguntas esperando respuestas

16. ¿Cómo podemos seguir adelante en un mundo con el coronavirus SARS-Cov-2?

17. ¿Vacunas, qué vacunas? Preguntas esperando respuestas (presente artículo)

 

Nota 2: las personas interesadas podrán plantear a investigadores de la UPNA cuestiones relacionadas con el coronavirus o el estado de alarma a través del correo electrónico ucc@unavarra.es, incluyendo en el asunto #UPNAResponde/#NUPekErantzun.

#UPNAResponde/#NUPekErantzun: Navarra, riqueza natural por los cuatro costados

Responde: Francisco Javier Sanz Morales, geólogo y docente del
Departamento de Ciencias de la Universidad Pública de Navarra.

Si algo nos ha enseñado esta situación extraordinaria en la que nos encontramos debido a la Pandemia del COVID-19, es habernos dado cuenta de la importancia y la necesidad de salir e interaccionar con el exterior. Disfrutar de un día en la Naturaleza se ha convertido en un aspecto muy codiciado en nuestras vidas. Este deseo nos ha hecho a su vez más sensibles ante la necesidad de cuidar nuestro entorno natural. Esta sensibilidad creciente nos permite apreciar algo de lo que debemos estar orgullosos como navarros: nuestro entorno natural. Podemos decir que estamos de enhorabuena, porque Navarra nos ofrece una riqueza geológica y paisajística extraordinaria, repleta de espacios naturales protegidos.

Imagen: Lago de Salinas

A escasos kilómetros del lugar en el que vivimos, tenemos la capacidad de disfrutar de una maravillosa experiencia. Podemos trepar hasta las cimas graníticas de las Peñas de Aia y contemplar sus panorámicas de 360º junto al mar; pasear entre los espesos bosques versicolores de la Selva de Irati; ascender a Peñas como Izaga y Ezkaurre y Sierras como Abodi, Leyre o Izco; descender por los cañones y foces pirenaicas como Mintxate, Arbayún, Burgui, Benasa, Ugarrón o Lumbier. También podemos explorar los tesoros subterráneos de grandes macizos kársticos como el Macizo de Larra, las Sierras de Aralar, Urbasa, Andía, Lóquiz y Codés, descubriendo todo un elenco de formas que despiertan nuestro espíritu aventurero. Simas, cuevas, galerías subterráneas, arcos naturales, estalactitas y estalagmitas nos hablan de un tiempo remoto que una vez estuvo bañado por el mar, plagado de organismos que ahora son testimonio fósil en el interior de estas rocas. Sumergirnos en el interior de cavidades como las Cuevas de Mendukillo en Aralar, las Cuevas de Urdax o Zugarramurdi, permite descubir uno de los mayores poderes de la Naturaleza: el tiempo. Y es que en una Sociedad como la actual, donde los minutos corren a toda velocidad, el reloj se detiene completamente cuando contemplamos maravillas subterráneas donde el poder del tiempo, gota a gota, segundo a segundo, incesante durante millones de años, ha tallado formas increíbles y únicas para aquel que se atreva a contemplarlas. Descubrir una estalactita de varios metros de longitud, averiguar que crece a ritmo bastante inferior a un milímetro al año y conocer la increíble fragilidad del proceso ante cualquier alteración ambiental, despierta inmediatamente una sensación de sobrecogimiento.

Pero podemos seguir “bañándonos” en increíbles entornos geológicos. Por ejemplo, podemos recorrer los diapiros de Arteta, Salinas de Oro o Estella y toparnos con rocas de origen sub-volcánico, o encontrar numerosas explotaciones salinas en estos lugares; asomarnos a profundos cortados como el Barranco del Rey en Funes; subir al Mirador de Falces y a la Atalaya de Peralta, edificados sobre cristalinos macizos de yeso, para contemplar el incesante trabajo de nuestros grandes y caudalosos ríos, meandriformes y serpenteantes, que en cuestión de escasos millones de años, han creado unas llanuras aluviales de varios kilómetros de anchura y se han encajado cientos de metros respecto a su altura inicial. Aún más, podemos recorrer los desnudos y perfilados relieves de las Bardenas Reales, tallados en rocas blandas con preciosos bandeados de colores, y descubrir en primera línea lo que significa el término “Badland”. En definitiva, una amplísima gama de entornos situados entre los 2.400 metros y los 300 metros sobre el nivel del mar y repleta con cientos de puntos singulares de interés geológico.
Navarra, además de esta increíble variedad de entornos naturales, tiene un amplio registro de materiales geológicos que abarcan un intervalo temporal excepcional. Desde las rocas metamórficas de Roncesvalles, formadas hace más de 450 millones de años en el Periodo Ordovícico, hasta rocas muy recientes y actuales en cualquier punto del territorio. Los organismos y pistas fósiles que encontramos en nuestras rocas conforman un Libro Natural que nos habla de la historia de la vida y la evolución de los lugares que hoy en día constituyen los
cimientos de nuestra vida. Lugares que una vez fueron abismos submarinos ocultos a la luz, y más tarde, cimas de grandes cordilleras montañosas. Un paisaje vivo en constante evolución y que desmiente una falsa idea preconcebida en nuestras mentes: La idea de que nuestro paisaje es como una imagen o cliché fijo e invariable. Como las siluetas de un cuento que cobran vida cuando se pasan las hojas a toda velocidad, así se aprecia el dinamismo terrestre cuando revivimos en el campo una historia contada en breves minutos y cuya duración ha supuesto millones de años a ritmo geológico.

Pero vamos más allá. Hasta ahora sabemos que en Navarra podemos encontrar una variedad inigualable de rocas y minerales de todas las épocas. Además, la convulsa historia geológica ha moldeado, doblado y fracturado todas estas formaciones geológicas, creando estructuras y accidentes geológicos a todas las escalas. Pero además, la evolución de todas estas formas del relieve requiere de “actores y actrices geológicas” que tallan la roca como verdaderos escultores. Hablamos del agua, el viento, el hielo, la radiación solar, o la gravedad. Todos ellos trabajan de forma incesante, y su mayor o menor protagonismo en esta historia depende de su guionista: El Clima. En un territorio de extensión modesta como el nuestro, podemos encontrar climas desde marítimos oceánicos, de montaña, mediterráneos, o esteparios fríos más continentales. Como en toda obra de teatro, hay siempre un protagonista principal. En este caso, dicho protagonista es el agua, sin duda el mayor recurso natural de Navarra. Aguas superficiales y subterráneas abastecen nuestros acuíferos y nos aportan una excelente calidad de vida. Y por si todo esto no fuera suficiente, entra en escena un nuevo protagonista en nuestra historia. Un protagonista muy joven, fruto de la interacción entre la roca y los demás actores: El Suelo. Una delgada y frágil capa que nos protege, como la piel al organismo, que sustenta nuestras vidas, nos alimenta y participa activamente en los Ciclos biogeoquímicos de la Tierra.
De esta manera, la combinación de roca, estructura y clima constituyen la combinación perfecta para ofrecernos la mayor gama de paisajes geológicos y entornos naturales singulares. Por tanto, ¿A qué estamos esperando para salir a descubrir nuestra tierra? Ahora ya tenemos el ingrediente que nos faltaba: La motivación.

Quizá no sepamos por dónde empezar, o qué herramienta utilizar para buscar la información. También estamos de enhorabuena, dado que la tecnología nos ofrece hoy numerosos recursos web que nos ayudan a descubrir todos estos tesoros. Entre los servicios más destacables que podemos encontrar, se encuentra IDENA (Infraestructura de Datos Espaciales de Navarra), SITNA (Sistema de Información Territorial de Navarra), IGN (el visor del Instituto Geográfico Nacional), el Atlas del Medio Natural (También editado por el IGN), IGME (el visor del Instituto Geológico y Minero de España), METEO.NAVARRA (la Website de Meteorología y Climatología de Navarra), Servicio de cartografía (Website del Gobierno de Navarra para la descarga de abundante información cartográfica), SIGPAC (Sistema de Información Geográfica de Navarra para la Política Agraria Comunitaria), Suelos y Series de vegetación (Website del Gobierno de Navarra) y SNCZI-IPE (Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables e Inventario de presas y embalses del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico).
En definitiva, nuestro paisaje está repleto de lugares, a veces escondidos e impenetrables y en ocasiones visibles y accesibles, pero siempre esconden un potencial geológico que bien escuchado y bien entendido, es un regalo para todos los que disfrutamos de la Naturaleza.

 

Nota 1: las personas interesadas podrán plantear a investigadores de la UPNA cuestiones relacionadas con el coronavirus o el estado de alarma a través del correo electrónico ucc@unavarra.es, incluyendo en el asunto #UPNAResponde/#NUPekErantzun.

#UPNAResponde/#NUPekErantzun: Desescalada sanitaria versus escalada fiscal

Responde: Idoya Zabaleta Arregui, profesora del Departamento de Economía de la Universidad Pública de Navarra.

Hace unas semanas apareció la noticia del anuncio de la campaña del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF, en adelante) ocupando las portadas de los periódicos locales. Por unos momentos nos devolvió a una realidad conocida y cotidiana y hasta nos alegramos de verla porque temporalmente, desplazó a las terribles noticias de decesos y contagios que nos ha traído esta pandemia.

Ya decía Benjamin Franklin en el siglo XVIII, que lo único cierto eran la muerte y los impuestos.

En estos momentos en los que la población ha tomado conciencia de la importancia de los servicios que nos prestan los distintos niveles de Gobierno, vamos a suponer que la campaña del IRPF nos recordará la importancia de contribuir, ya que el Sector Público juega un papel relevante en nuestra vida.

Pero la realidad es que, aunque el ciudadano esté agradecido por la labor desempeñada por sanitarios y otras tantas ramas de la Administración, lo cierto es que los impuestos también nos crean unas obligaciones económicas, que precisamente en estas circunstancias van a ser difíciles de afrontar para algunos.

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

A la crisis sanitaria le está sucediendo una crisis económica que va a hacer que las rentas del trabajo caigan por la tasa de paro tan elevada que se prevé, por encima del 21%, algo que inevitablemente reducirá la recaudación del IRPF.

Y después vendrá la crisis político-social, que generará más desconfianza entre la población y el destino de sus impuestos. Ante este panorama, seguro que el Gobierno plantea modificaciones en algunas figuras impositivas. ¿Bajarán los impuestos? Parece obvio que el clamor popular es que baje la presión fiscal sobre los contribuyentes, autónomos o empresarios, o en general, aquellos que han visto cerrados sus negocios durante dos meses y su futuro se presenta incierto. Pero no se nos olvide que antes de este caos, el Gobierno había planteado una reforma fiscal con una subida de impuestos a rentas altas, grandes empresas, multinacionales tecnológicas y transacciones financieras para este año. A finales del año 2019 ya algunos asesores fiscales planteaban una revolución fiscal 4.0. Por tanto, habrá cambios inminentes en esta materia.

En Navarra, la campaña del IRPF 2018 recibió un total de 351.296 declaraciones de un total de 500.000 declarantes según datos de la Memoria 2018 publicada por la Hacienda Foral. En ese año, bueno en cuanto a datos de empleo en Navarra, la recaudación por IRPF creció un 4,9% respecto a 2017. Los ingresos por IRPF ascendieron a 1.345.815,5 miles de euros, que supusieron un 30,31% de la recaudación de todos los impuestos.

Debido a las circunstancias excepcionales en las que nos encontramos, la campaña de IRPF 2019 retrasó el inició hasta el 6 de mayo y concluirá el 20 de julio. Tradicionalmente solía ir del 21 de abril aproximadamente al 21 de junio.

La principal novedad para este año es la ausencia de atención presencial, es decir Hacienda no va a atender en sus oficinas territoriales al contribuyente y arranca por primera vez en su historia, una campaña virtual y telefónica. A este hecho, se le ha sumado que las tres principales entidades financieras que colaboran con Hacienda Navarra, CaixaBank, Caja Rural y Laboral Kutxa, el día de inicio de la campaña publicaron que no iban a realizar liquidaciones presenciales a sus clientes. Y añadieron que se replantearían en junio (dependiendo de la evolución para esa fecha del virus) ofrecer este servicio. En la campaña 2018, estas entidades realizaron un 17,20% de las declaraciones presentadas, en concreto 60.423.

Así, el contribuyente este ejercicio se encuentra igual que Gary Cooper en “Solo ante el peligro”. Para paliar esta situación, Hacienda Navarra ha publicado una web sencilla y aunque arrancó con algunas caídas de red, que también han sufrido otras instituciones ante el incremento de usuarios (por ejemplo, la UNED en una prueba que realizó el 16 de abril para medir su capacidad ante los exámenes virtuales), ya está en marcha.

La buena noticia es que las devoluciones llegan a partir del 11 de mayo. Con ellas el Gobierno ingresará a algunos ciudadanos un total de 73,7 millones de euros, aliviando así situaciones de falta de liquidez como consecuencia del Covid-19.

Hay que reconocer el esfuerzo que Hacienda Navarra ha hecho para ofrecer alternativas para confeccionar la declaración. Además, ha enviado 200.000 propuestas a las que solo hay que dar un click para aceptarlas.

Para enviar una declaración de IRPF hay que disponer de NIF y PIN (forma de identificación ante Hacienda). A los que lo han perdido o lo desconocen, se les ofrece en la web alternativas para recuperarlo o crear uno nuevo.

Las modalidades para presentar nuestro IRPF son:

  • Renta on line
  • Renta guiada

En el primer caso la confección de la declaración es sencilla ya que los datos fiscales se descargan a un simulador (programa) de liquidación del impuesto. Si comprobamos que los datos descargados son correctos se envía directamente y genera un archivo PDF que puedes descargar y guardar en tu ordenador.

Si elegimos la opción de Renta guiada (no todos los contribuyentes pueden hacerlo[1]), autorizamos a Hacienda (mediante un impreso que nos ofrece la web) a que nos haga la declaración con los datos que dispone de cada contribuyente. Esta modalidad es aconsejable cuando en el año 2019 se haya producido un hecho puntual, como un divorcio, una defunción, una venta de un inmueble…operaciones que requieren agregar documentación.

Los pasos a seguir son:

  1. Solicitar cita mediante llamada telefónica. Si cumples los requisitos para acceder a esta modalidad, te mandarán un SMS para iniciar el proceso.
  2. Enviar documentación o justificantes: documentos originales escaneados o fotografiados o relleno de algunas plantillas.
  3. Comprobar el resultado de la declaración. Hacienda te mandará un SMS para acceder a la declaración y si estás de acuerdo, ya está terminado el proceso.

Durante el confinamiento, todos nos hemos convertido en cocineros, youtubers y deportistas, con más o menos éxito, pero liquidar un impuesto, es un paso más allá. Lo podemos tomar como un último reto (como los que semanalmente hemos recibido a través de las redes sociales -hay quién ha corrido Tour y Giro-). Sin embargo, entiendo que no todo el mundo quiera arriesgarse a enviar una declaración de IRPF sin contrastarla, y las sanciones y los intereses de demora posteriores, no entienden de coronavirus.

Para las personas que se manejen mal con las nuevas tecnologías o la atención telefónica no les genere confianza (puesto que ya han advertido de estafas en las que timadores llaman haciéndose pasar por personal de Hacienda -y ésta ha advertido que NUNCA se va a dirigir a contribuyentes-), se aconseja que recurran a familiares o amigos que puedan ayudarles con este cometido. No se trata de que las personas se sientan torpes por no saber hacer su IRPF, sino de seguir siendo solidarios y ayudarnos en el cumplimiento de esta obligación personal.

 

[1] No puedes acceder al servicio si presentas alguna de las siguientes características:

  • Rendimientos íntegros de trabajo superiores a 65.000 euros anuales.
  • Ingresos por actividad empresarial o profesional que tributen en régimen de estimación directa, normal o simplificada.
  • Dos o más inmuebles arrendados, o cuyos ingresos totales superen los 24.000 euros en concepto de rendimiento del capital inmobiliario declarado en el año anterior.
  • Haber realizado en 2019 dos o más transmisiones mediante protocolo notarial por importe superior a 10.000 euros.
  • Haber realizado en 2019 dos o más transmisiones de acciones u otros valores mobiliarios con valor superior a los 10.000 euros.
  • Participar en una entidad en régimen de atribución de rentas con participación en actividad empresarial con tributación en régimen de estimación directa

 

Nota 1: las personas interesadas podrán plantear a investigadores de la UPNA cuestiones relacionadas con el coronavirus o el estado de alarma a través del correo electrónico ucc@unavarra.es, incluyendo en el asunto #UPNAResponde/#NUPekErantzun.

 

 

#UPNAResponde/#NUPekErantzun: Transmisores y supertransmisores. Preguntas esperando respuestas

Responde: Antonio G. Pisabarro De Lucas, catedrático de Microbiología en el Departamento de Ciencias de la Salud y director del Instituto IMAB (Institute for Multidisciplinary Research in Applied Biology-Instituto de Investigación Multidisciplinar en Biología Aplicada) de la Universidad Pública de Navarra (UPNA).

¿Cómo se transmite una enfermedad contagiosa para que se produzca una epidemia? ¿Por qué hay algunas enfermedades muy epidémicas mientras que otras no lo son?

Para que una enfermedad infecciosa produzca una epidemia es necesario que el patógeno se transmita entre personas. El tétanos, por ejemplo, está causado por una bacteria que no puede transmitirse y, por consiguiente, no es epidémico. El número de personas sanas a las que contagia un enfermo se llama tasa reproductiva básica de la enfermedad (R0) y permite estimar su velocidad de propagación. Para que se produzca una epidemia, R0 debe ser mayor de 1,0. Cuanto más grande sea R0, más rápido se propagará la epidemia y más difícil será controlarla. Las primeras estimaciones de R0 para covid-19 oscilaban entre 2,5 y 3,6. Como comparación, el valor de R0 de la gripe estacional está en torno a 1,3. Hay enfermedades infecciosas extremadamente contagiosas como el sarampión o la varicela con valores de R0 superiores a 10. El valor R0 no es constante, sino que depende de factores tales como el tamaño de la población susceptible y la eficiencia del mecanismo de transmisión. Así, por ejemplo, el distanciamiento social o la vacunación permiten reducir R0 al dificultar la transmisión efectiva del coronavirus. Los últimos datos publicados por el Centro Nacional de Epidemiología para covid-19 ofrecen un R0 de 0,8 a nivel nacional en España, un valor por debajo del umbral necesario para mantener la epidemia.

R0 es un promedio que no nos da una visión completa de cómo se produce la transmisión en realidad. En algunas enfermedades infecciosas, no todos los enfermos son igualmente contagiosos, sino que algunos son transmisores activos mientras otros son muy poco contagiosos. Cuando ocurre esto, el contagio se produce por grupos o racimos (clusters) en los que unos pocos supertransmisores contagian a muchas personas en muy poco tiempo. En el caso de la Covid-19, ha habido casos en los que una persona ha contagiado a más de 50 en dos horas de actividad conjunta. En este, como en otros racimos estudiados, el contagio no resulta de la repetición de contactos causante de una cadena de contagio, sino de una única persona que contagia a muchas.

Ilustración: Manuel Álvarez García

Los coronavirus causantes de epidemias graves similares a la actual (el SARS de 2003 y el MERS de 2012) producen epidemias transmitidas en racimo. Este parece ser también el caso de Ccovid-19. ¿Cómo podemos medir la tendencia a la propagación en racimo? Para esto, hay un valor llamado factor de dispersión (k) en el que valores bajos próximos a 0 indican un gran efecto de los supertransmisores, mientras que valores próximos a 1,0 indican que su papel en la progresión de la epidemia es mínimo y que los contagios son por cadenas, no por racimos. En los casos del SARS y del MERS los valores de k fueron 0,16, y 0,25, respectivamente, como corresponde a su gran tendencia a la propagación en racimo. Por el contrario, el valor de k estimado en la pandemia de gripe de 1918 está muy próximo a 1,0, lo que sugiere que no se dispersó por supertransmisores.

¿Cuál es el valor de k para Covid-19? Los valores disponibles actualmente son todavía estimaciones provisionales. Algunos son similares a los del SARS o MERS; pero hay un estudio reciente que obtiene un valor k de 0,1. Si este fuera el caso, en torno a un 10% de los infectados sería responsables del 80% de los contagios: solo algunas personas infectadas serían muy contagiosas mientras que la mayoría no transmitiría la enfermedad.

Este patrón de transmisión es coherente con las observaciones de casos de covid-19 anteriores al inicio de las epidemias locales. En una enfermedad transmitida en racimo, muchos casos no generan epidemia y el patógeno debe entrar varias veces en el grupo antes de infectar a un supertransmisor que establezca y acelere la epidemia. Hasta ese momento, la enfermedad tendrá un R0 mucho menor de 1,0 y no se establecerá en la población.

Es necesario confirmar si covid-19 se transmite en racimo y, en su caso, determinar las características individuales y las actividades asociadas a la supertransmisión. Identificarlas permitirá reducir y controlar la epidemia manteniendo R0 en valores inferiores a 1,0 y reducir el impacto de los rebrotes de la enfermedad. Las medidas de confinamiento reducen eficazmente el efecto de los supertransmisores (que podrían ser un 10% de los infectados) con el coste de restringir la movilidad de toda la población. Para identificar las personas y condiciones de supertransmisión, es necesario incrementar el número de análisis de presencia del virus (PCR) y de anticuerpos y complementarlos con otros datos epidemiológico y de forma de vida. El análisis de esta avalancha de datos analíticos y epidemiológicos en busca de patrones permitan identificar a los transmisores y su comportamiento permitirán hacer más eficiente nuestra lucha contra esta pandemia y contra las que vendrán en el futuro.

Ya es tarde. Otro día volveremos sobre el tema de los supertransmisores y sobre las primeras ideas que hay sobre sus características. Espero que lo conversado hoy les aporte alguna idea sobre esa pregunta que tantas veces nos hemos hecho estos días: ¿cómo puede ser que en esta o aquella familia haya una persona que ha pasado Covid-19 y ninguno de los otros miembros de la familia se ha contagiado?

Mientras tanto, cuídense.

 

Nota 1: listado de artículos del catedrático Antonio G. Pisabarro De Lucas sobre el coronavirus.

1. ¿Qué es el coronavirus?

2. Coronavirus: ¿cómo es el «malo» de esta película?

3. ¿Quiénes son las primeras víctimas del ataque del coronavirus?

4. ¿Cómo nos invade el virus? El primer encuentro del virus con nuestras células

5. ¿Cómo secuestra el coronavirus la célula?

6. ¿Cómo sabe el sistema inmune que una célula está infectada? Diario de la resistencia. Día 1

7. ¿Cómo se producen los primeros síntomas de la enfermedad covid-19? Fuego y explosiones en el inicio de la batalla

8. ¿Qué es la tormenta de citoquinas? Diario de resistencia ante el coronavirus

9. ¿Cómo se producen los anticuerpos contra el coronavirus?

10. ¿Qué son los linfocitos T y cómo luchan contra las células infectadas? Los linfocitos responsables de la lucha célula a célula

11. ¿Por qué afecta el coronavirus de forma diferente a distintas personas? Preguntas esperando respuestas

12. ¿Por qué afecta el coronavirus de forma tan grave a las personas mayores? Preguntas esperando respuestas

13. ¿Por qué se producen las epidemias? Preguntas esperando respuestas

14. ¿Qué medimos con cada uno de los tipos de pruebas de detección del coronavirus? Preguntas esperando respuestas

15. Transmisores y supertransmisores Preguntas esperando respuestas (presente artículo)

16. ¿Cómo podemos seguir adelante en un mundo con el coronavirus SARS-Cov-2?

17. ¿Vacunas, qué vacunas? Preguntas esperando respuestas

 

Nota 2: las personas interesadas podrán plantear a investigadores de la UPNA cuestiones relacionadas con el coronavirus o el estado de alarma a través del correo electrónico ucc@unavarra.es, incluyendo en el asunto #UPNAResponde/#NUPekErantzun.

 

 

#UPNAResponde/#NUPekErantzun: ¿Qué medimos con cada uno de los tipos de pruebas de detección del coronavirus? Preguntas esperando respuestas

Responde: Antonio G. Pisabarro De Lucas, catedrático de Microbiología en el Departamento de Ciencias de la Salud y director del Instituto IMAB (Institute for Multidisciplinary Research in Applied Biology-Instituto de Investigación Multidisciplinar en Biología Aplicada) de la Universidad Pública de Navarra (UPNA).

Los primeros casos detectados de una nueva enfermedad suelen ser graves o muy graves, lo que llama la atención del personal sanitario. Con el tiempo, se observan nuevos casos no tan graves que permiten afinar el diagnóstico. Algunos casos de Covid-19 tienen síntomas compatibles con los de la gripe con la que han coincidido y con la que han podido ser confunda. Debido a esta similitud y simultaneidad, el diagnóstico definitivo de la nueva enfermedad depende de rastrear la presencia o el paso del virus SARS-CoV-2 por nuestro organismo. ¿Qué tipos de pruebas de detección del coronavirus tenemos? ¿De qué nos informa cada uno de ellos? ¿Cómo podemos interpretarlas? Vamos a intentar responder resumidamente a estas preguntas.
La presencia del virus se comprueba mediante pruebas de PCR que detectan marcas genéticas únicas de este en muestras tomadas de nuestro cuerpo. La Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) ha sido uno de los grandes inventos de la Biología Molecular: es, por ejemplo, la que se usa para detectar huellas genéticas de sospechosos en las películas policiacas. Y, en el caso del test de PCR del coronavirus, el propósito es el mismo: obtener la huella genética del virus. Para realizar la prueba hay que tomar muestras de los lugares en los que se sospecha su presencia (fosas nasales, faringe, tráquea), extraer el virus, purificar su ARN, copiarlo en ADN y amplificarlo (obtener muchas copias de él) mediante la PCR. Un resultado positivo revela que el virus y la enfermedad están presentes, sin entrar a ponderar su gravedad. Un resultado negativo puede producirse porque el virus no esté presente en la muestra o porque no se haya podido detectar (un falso negativo). El virus puede no estar presente porque jamás haya infectado a la persona estudiada, porque ésta haya superado la enfermedad y haya eliminado el virus totalmente o porque el virus no esté donde se tomaron las muestras, aunque se encuentre en otra parte del cuerpo ya que el SARS-Cov-2 puede multiplicarse en otros sitios diferentes de las vías respiratorias. Así, podría darse el caso de que el virus hubiera desaparecido de las vías respiratorias, y se hubiera superado la enfermedad, pero permaneciera aún en el intestino, donde también puede multiplicarse. En este caso, el portador del virus liberaría partículas en sus deposiciones y, aunque no parece que sea una vía de contagio, su presencia podría detectarse en estas muestras. Por otra parte, los falsos negativos pueden producirse por fallos en la extracción o en la amplificación del material genético viral. Siempre es necesario repetir el análisis cuando el resultado es negativo para confirmarlo.

Ilustración: Manuel Álvarez García

Las pruebas rápidas están dirigidas a detectar anticuerpos específicos: las redes con las que nuestro sistema inmune atrapa los coronavirus. La producción de anticuerpos necesita varios días: al principio se producen inmunoglobulinas M (IgM) y éstas van siendo sustituidas después por las G (IgG). Un resultado inmunológico positivo indica contacto con el virus; pero, como la respuesta inmune permanece después de eliminado el patógeno, el contacto puede haber sido en el pasado y el virus haber desaparecido. Además, como las IgM se producen y desaparecen antes que las IgG, la presencia de uno o los dos tipos de anticuerpos nos informa de si la infección ha sido reciente o no. Los resultados negativos de las pruebas inmunológicas pueden significar que nunca se ha estado en contacto con el virus, que se ha estado, pero no se han desarrollado anticuerpos, o tratarse de un falso negativo por algún fallo en la detección de los anticuerpos (no vamos a entrar en detalles sobre la sensibilidad y la especificidad de estos análisis). Como en el caso de las pruebas de PCR, los resultados negativos deben ser confirmados por un segundo análisis. Por otra parte, la interpretación de los resultados positivos debe hacerse en combinación con pruebas de PCR para determinar si la infección está aún presente o ha sido en el pasado y ya ha terminado.

Los ensayos masivos en la población nos proporcionan información de cuántas personas son portadoras del virus (ensayos de PCR) y cuántas están o han estado en contacto con el virus (ensayos de seroprevalencia de anticuerpos). La primera oleada de ensayos de seroprevalencia ha revelado que en torno al 5% de la población en España (datos globales) es seropositiva. Por consiguiente, hay un 95 % de la población que presumiblemente no ha tenido un contacto suficiente con el virus como para desarrollar una inmunidad basada en anticuerpos.

Ya es tarde. Cuando surge una nueva enfermedad infecciosa, se produce algo que refleja muy bien el avance del conocimiento científico: al principio, se hacen observaciones y se toman decisiones sobre un conocimiento provisional. Con el paso del tiempo, hay nuevas observaciones que permiten descartar alguna de las primeras conclusiones y afianzan otras. De esta forma progresa el conocimiento científico, intrínsecamente coyuntural y así, tanteando en la oscuridad de lo desconocido, vamos avanzando en el conocimiento del virus, en cómo tratar la enfermedad y en cómo se desarrolla la epidemia. Este conocimiento nos debe ayudar en la búsqueda de soluciones para superar la enfermedad.  Seguiremos avanzando.

Mientras tanto, cuídense.

Nota 1: listado de artículos del catedrático Antonio G. Pisabarro De Lucas sobre el coronavirus.

1. ¿Qué es el coronavirus?

2. Coronavirus: ¿cómo es el «malo» de esta película?

3. ¿Quiénes son las primeras víctimas del ataque del coronavirus?

4. ¿Cómo nos invade el virus? El primer encuentro del virus con nuestras células

5. ¿Cómo secuestra el coronavirus la célula?

6. ¿Cómo sabe el sistema inmune que una célula está infectada? Diario de la resistencia. Día 1

7. ¿Cómo se producen los primeros síntomas de la enfermedad covid-19? Fuego y explosiones en el inicio de la batalla

8. ¿Qué es la tormenta de citoquinas? Diario de resistencia ante el coronavirus

9. ¿Cómo se producen los anticuerpos contra el coronavirus?

10. ¿Qué son los linfocitos T y cómo luchan contra las células infectadas? Los linfocitos responsables de la lucha célula a célula

11. ¿Por qué afecta el coronavirus de forma diferente a distintas personas? Preguntas esperando respuestas

12. ¿Por qué afecta el coronavirus de forma tan grave a las personas mayores? Preguntas esperando respuestas

13. ¿Por qué se producen las epidemias? Preguntas esperando respuestas

14. ¿Qué medimos con cada uno de los tipos de pruebas de detección del coronavirus? Preguntas esperando respuestas (presente artículo)

15. Transmisores y supertransmisores Preguntas esperando respuestas

16. ¿Cómo podemos seguir adelante en un mundo con el coronavirus SARS-Cov-2?

17. ¿Vacunas, qué vacunas? Preguntas esperando respuestas

 

Nota 2: las personas interesadas podrán plantear a investigadores de la UPNA cuestiones relacionadas con el coronavirus o el estado de alarma a través del correo electrónico ucc@unavarra.es, incluyendo en el asunto #UPNAResponde/#NUPekErantzun.

#UPNAResponde/#NUPekErantzun: ¿En qué situación está el ejercicio del derecho fundamental de libertad religiosa con motivo de la declaración del estado de alarma?

Responde: Alejandro Torres Gutiérrez, catedrático del Departamento de Derecho e investigador del Instituto I-COMMUNITAS (Instituto de Investigación Social Avanzada-Institute for Advanced for Social Research) de la Universidad Pública de Navarra (UPNA).

 

1. Presupuestos legales para la declaración del estado de alarma.

El artículo cuarto, apartado b), de la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de los estados de alarma, excepción y sitio,[1] habilita al Gobierno para, en el ejercicio de las facultades que le atribuye el artículo 116.2 de la Constitución Española, declarar el estado de alarma, en todo o parte del territorio nacional, cuando se produzcan crisis sanitarias, tales como epidemias, que supongan alteraciones graves de la normalidad, por lo que la pandemia de coronavirus COVID-19, legitima la activación del mismo.

A diferencia de lo que ocurre con motivo de la declaración de los estados de excepción y sitio, en que conforme al artículo 55 de la Constitución es factible la suspensión de algunos derechos fundamentales, esto no es posible con motivo de la declaración del estado de alarma. En lo que hace referencia al derecho fundamental de libertad religiosa, éste no puede ser suspendido en ninguno de los tres casos.

Correlativamente, el artículo 11.a) de la Ley Orgánica 4/1981, habilita a que el Real Decreto de declaración del estado de alarma, pueda proceder a limitar la circulación o permanencia de personas o vehículos en horas y lugares determinados, o condicionarlas al cumplimiento de ciertos requisitos.

En virtud de dicha habilitación legal, el Gobierno de la Nación dictó el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo,[2] (que ha sido modificado por el Real Decreto 465/2020, de 17 de marzo),[3] declarando el estado de alarma por el plazo máximo contemplado en el artículo 116.2 de la Constitución, es decir por un periodo inicial de 15 días, susceptible de ulteriores prórrogas.

En cumplimiento del párrafo 2º del artículo 116 de la Constitución Española, y del artículo 8 de la de la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, y en conformidad con el artículo 97 del Reglamento del Congreso de los Diputados, el Gobierno procedió a dar cuenta inmediata al Congreso, del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo,[4] y del Real Decreto 465/2020, de 17 de marzo, modificador del Real Decreto 463/2020, siendo celebrado el preceptivo pleno del Congreso de los Diputados, el 18 de marzo de 2020.[5]

Un nuevo pleno del Congreso de los Diputados fue convocado el 25 de marzo de 2020, con el fin de:[6]

1) Proceder a la convalidación de una serie de Reales Decretos Leyes, dictados inmediatamente antes y después de la declaración del estado de alarma, directamente relacionados con la situación de emergencia sanitaria:[7]

  1. a) Real Decreto Ley 6/2020, de 10 de marzo, por el que se adoptan determinadas medidas urgentes en el ámbito económico y para la protección de la salud pública.[8]
  2. b) Real Decreto Ley 7/2020, de 12 de marzo, por el que se adoptan medidas urgentes para responder al impacto económico del COVID–19.[9]
  3. c) Real Decreto Ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del COVID–19.[10]

Los dos primeros fueron convalidados, mientras que el tercero, fue también ratificado por la Cámara, aunque en este caso se aprobó su tramitación como Proyecto de Ley por el procedimiento de urgencia.[11]

2) Autorizar la prórroga del estado de alarma por espacio de 15 días, conforme a los artículos 116.2 de la Constitución Española, y del artículo 6 de la de la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, que resultó aprobada por 321 votos a favor, 0 en contra y 28 abstenciones.[12]

Ulteriormente, esa misma semana, el Gobierno aprobará el Real Decreto-ley 9/2020, de 27 de marzo, por el que se adoptan medidas complementarias, en el ámbito laboral, para paliar los efectos derivados del COVID-19,[13] y el Real Decreto-ley 10/2020, de 29 de marzo, por el que se regula un permiso retribuido recuperable para las personas trabajadoras por cuenta ajena que no presten servicios esenciales, con el fin de reducir la movilidad de la población en el contexto de la lucha contra el COVID-19,[14] que cuando se escriben esta páginas, están aún pendientes de convalidación por el Congreso de los Diputados.

Iglesia

2. Medidas legales adoptadas con carácter general con motivo de la declaración del estado de alarma, que limitan la libertad de circulación de personas y afectan al ejercicio del derecho de libertad de conciencia.

El artículo 7 del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo,[15] (modificado por el Real Decreto 465/2020, de 17 de marzo),[16] por el que se declaró el estado de alarma, limita la libertad de circulación de las personas, que únicamente podrán hacerlo por las vías de uso público para la realización de las siguientes actividades, que deberán realizarse individualmente, salvo que se acompañe a personas con discapacidad, menores, mayores, o por otra causa justificada:

  1. a) Adquisición de alimentos, productos farmacéuticos y de primera necesidad.
  2. b) Asistencia a centros, servicios y establecimientos sanitarios.
  3. c) Desplazamiento al lugar de trabajo para efectuar su prestación laboral, profesional o empresarial.
  4. d) Retorno al lugar de residencia habitual.
  5. e) Asistencia y cuidado a mayores, menores, dependientes, personas con discapacidad o personas especialmente vulnerables.
  6. f) Desplazamiento a entidades financieras y de seguros.
  7. g) Por causa de fuerza mayor o situación de necesidad.
  8. h) Cualquier otra actividad de análoga naturaleza.

En relación con el concreto ejercicio del derecho a la libertad de conciencia, conviene tener presente, que cuando el artículo 16.1 de la Constitución Española, garantiza el derecho a la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades, en los más amplios términos, lo hace sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la Ley. Por ello, el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, en su artículo 11, trata de compatibilizar el ejercicio de dicho derecho fundamental, con posibles limitaciones de orden público, concretamente con la necesidad de proteger el interés público en mantener la salud de los ciudadanos, amenazado en esta situación extraordinaria, que da motivo a la declaración del estado de alarma, contemplando una cláusula específica en materia de libertad religiosa, en virtud de la cual se autoriza la asistencia a los lugares de culto y la posibilidad de celebración de las ceremonias civiles y religiosas, incluidas las de carácter fúnebre, de forma condicionada, a la adopción de medidas organizativas consistentes en evitar aglomeraciones de personas, en función de las dimensiones y características de los lugares, de tal manera que se garantice que los asistentes puedan observar una distancia entre ellos de al menos un metro. Estas previsiones del Real Decreto 463/2020, se verán matizadas sustancialmente, en sentido más restrictivo, respecto a las ceremonias fúnebres, por la Orden SND/298/2020, de 29 de marzo, que veremos a continuación.

La declaración del estado de alarma vendrá acompañada de una normativa en cascada, publicada en el BOE, (parte de la cual, incluso, con carácter anterior al mismo, ante la gravedad que comenzaba a revestir la situación), tendente a mitigar las consecuencias sanitarias, económicas y de todo tipo, derivadas de la epidemia.

En el ámbito del derecho a la libertad de conciencia, hay que tener además en cuenta la importante Orden SND/272/2020, de 21 de marzo, por la que se establecen medidas excepcionales para expedir la licencia de enterramiento y el destino final de los cadáveres ante la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19,[17] dictada por la autoridad competente en esta materia, el Ministro de Sanidad, Salvador Illa Roca [18] y  cuyo preámbulo recuerda como la Ley de 8 de junio de 1957 sobre el Registro Civil establece en su artículo 83, que en tanto no se practique la correspondiente inscripción en el Registro Civil no se expedirá la licencia para el entierro, que tendrá lugar transcurridas al menos veinticuatro horas desde el momento de la muerte. Una exigencia está también recogida en algunos decretos autonómicos de sanidad mortuoria. Por otra parte, la citada Ley del Registro Civil establece en su artículo 87 que, en tiempo de epidemia, si existe temor fundado de contagio o cuando concurran otras circunstancias extraordinarias, se tendrán en cuenta las excepciones a los preceptos anteriores prescritas por Leyes y Reglamentos de Sanidad o las que ordene la Dirección General de los Registros y del Notariado.

Ante el grave incremento del número de fallecidos, a causa del COVID-19, y con objeto de poder dar destino final a los cadáveres con la mayor agilidad, el citado preámbulo expone que se considera necesario que en el momento actual no se aplique la necesidad de que trascurran veinticuatro horas desde el fallecimiento hasta la concesión de la licencia de enterramiento. Por todo ello, el artículo 3.1 de la Orden SND/272/2020, de 21 de marzo, señala que la inscripción en el Registro Civil y la posterior expedición de la licencia de enterramiento podrán realizarse por la autoridad competente sin que tengan que trascurrir al menos veinticuatro horas desde el fallecimiento.

Además, el artículo 3.2 de la Orden SND/272/2020, de 21 de marzo, especifica que, el enterramiento, incineración o donación a la ciencia del cadáver, podrán realizarse sin tener que esperar a que se cumplan veinticuatro horas desde el fallecimiento, siempre y cuando este hecho no sea contrario a la voluntad del difunto o a la de sus herederos.

Desde el punto de vista del estudio del derecho a la libertad de conciencia, este inciso es especialmente importante, pues la posibilidad de enterramiento o incineración del cadáver sin necesidad de esperar a que transcurra el citado plazo mínimo de 24 horas, (que rige con carácter general, fuera de esta situación de declaración del estado de alarma), se hace con carácter voluntario, es decir siempre y cuando este hecho no sea contrario a la voluntad del difunto o a la de sus herederos, una previsión que permite evitar un posible conflicto con algunos preceptos religiosos que afectan a los tiempos en los que debe procederse a la práctica de las exequias, y muy en particular, con la tradición budista.[19]

Conforme el preámbulo y el artículo 2 de la Orden SND/272/2020, de 21 de marzo, esta medida excepcional y temporal se aplicará a todos los fallecimientos que se produzcan en España, durante la vigencia del estado de alarma, independientemente de la causa del fallecimiento, sin perjuicio de la aplicación de lo previsto en el segundo párrafo del artículo 83 de la referida Ley sobre el Registro Civil, en virtud del cual, si hubiere indicios de muerte violenta se suspenderá la licencia hasta que, según el criterio de la autoridad judicial correspondiente, lo permita el estado de las diligencias. La Orden SND/272/2020, entró en vigor el 22 de marzo de 2020, fecha de publicación de la misma en el Boletín Oficial del Estado, siendo de aplicación durante toda la vigencia del estado de alarma, declarado por el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, incluyendo sus posibles prórrogas.[20]

La Orden SND/298/2020, de 29 de marzo, por la que se establecen medidas excepcionales en relación con los velatorios y ceremonias fúnebres para limitar la propagación y el contagio por el COVID-19 [21] prohíbe en su apartado primero todos los velatorios, tanto en instalaciones públicas como privadas, así como en los domicilios particulares. Y en su apartado cuarto especifica que en el caso de fallecidos por COVID-19, no se podrán realizar prácticas de tanatoestética, intervenciones de tanatopraxia, ni intervenciones por motivos religiosos que impliquen procedimientos invasivos en el cadáver.

El apartado quinto de la citada Orden SND/298/2020, de 29 de marzo, declara que se pospondrá la celebración de cultos religiosos o ceremonias civiles fúnebres hasta la finalización del estado de alarma, sin perjuicio que, en relación con las comitivas de enterramiento, o despedida para cremación de la persona fallecida se permite la asistencia de un máximo de tres familiares o allegados, además, en su caso, del ministro de culto o persona asimilada de la confesión respectiva para la práctica de los ritos funerarios de despedida del difunto. En todo caso, se deberá respetar siempre la distancia de uno a dos metros entre ellos.

Para entender la razón de ser de dicha limitación, es especialmente significativa, a este respecto, la exposición de motivos de la propia Orden, en que expresamente se reconoce que, aunque en su artículo 11, el citado Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, establece que la asistencia a los lugares de culto y a las ceremonias civiles y religiosas, incluidas las fúnebres, se condicionan a la adopción de medidas organizativas consistentes en evitar aglomeraciones de personas, en función de las dimensiones y características de los lugares, de tal manera que se garantice a los asistentes la posibilidad de respetar la distancia entre ellos de, al menos, un metro, sin embargo, debido a las especiales características que rodean las ceremonias fúnebres, es difícil asegurar la aplicación de las medidas de contención y distanciamiento con la separación interpersonal de más de un metro necesaria para limitar la propagación del virus. Y se añade que, por otra parte, en el caso del COVID-19, familiares o allegados del fallecido han podido ser contactos estrechos por lo que deberán permanecer en sus casas observando la cuarentena correspondiente. Además, se contemplan una serie de condiciones que deberán de reunir la contratación de los servicios funerarios, en su apartado sexto.

Esta orden resulta de aplicación a todos los fallecimientos que se produzcan en España durante la vigencia del estado de alarma, produciendo efectos desde su publicación en el BOE, el 30 de marzo de 2020, (aparatados segundo y octavo de la Orden SND/298/2020).

3. Conclusiones.

La declaración del estado de alarma el 14 de marzo de 2020, por medio del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo,[22] (modificado por el Real Decreto 465/2020, de 17 de marzo),[23] a raíz de la epidemia de coronavirus, nos ha puesto ante la necesidad de tener que afrontar cómo regular, y sobre todo cómo ejercer responsablemente, el derecho de fundamental de libertad religiosa, en estas circunstancias.

Como punto de partida, el artículo 16 de la Constitución Española configura el citado derecho, como un derecho fundamental, y por lo tanto goza de un amplio nivel de protección, pero no por ello es un derecho ilimitado, pues el propio artículo 16 al garantizarlo, en los más amplios términos, lo hace sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la Ley.

Por todo ello, el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, en su artículo 11, ha tratado de compatibilizar el ejercicio de dicho derecho fundamental, con posibles limitaciones de orden público, derivadas de la necesidad de proteger el interés público en mantener la salud de los ciudadanos, amenazado en esta situación de epidemia, que da motivo a la declaración del estado de alarma, incorporando una cláusula específica en materia de libertad religiosa, por la que se autoriza la asistencia a los lugares de culto y la posibilidad de celebración de ceremonias civiles y religiosas, de forma condicionada, a la adopción de medidas organizativas consistentes en evitar aglomeraciones de personas, en función de las dimensiones y características de los lugares, de tal manera que se garantice que los asistentes puedan observar una distancia entre ellos de al menos un metro.

Nos merece una opinión muy favorable el artículo 3.2 de la Orden SND/272/2020, de 21 de marzo, que permite que el enterramiento, incineración o donación a la ciencia del cadáver, podrán realizarse sin tener que esperar a que se cumplan veinticuatro horas desde el fallecimiento, siempre y cuando este hecho no sea contrario a la voluntad del difunto o a la de sus herederos. Se trata de una norma que agiliza los trámites funerarios, en estas graves circunstancias, pero que a su vez da un margen para tomar en consideración la voluntad del finado y de sus familiares, y que puede tener relevancia en aquellos casos en que los ritos religiosos exijan el transcurso de un determinado plazo de tiempo, antes de proceder al sepelio, siempre y cuando ello sea posible con las debidas garantías sanitarias.

Del mismo modo, nos merece una opinión positiva, la Orden SND/298/2020, de 29 de marzo, que prohíbe todo tipo de velatorios, tanto en instalaciones públicas como privadas, así como en domicilios particulares, y que prohíbe, en el caso de fallecidos por COVID-19, la realización de prácticas de tanatoestética, intervenciones de tanatopraxia, e intervenciones por motivos religiosos que impliquen procedimientos invasivos en el cadáver, y que puede tener su plena lógica, desde el punto de vista de la necesidad de proteger la salud pública. Igual objetivo persigue, el apartado quinto de la citada Orden SND/298/2020, de 29 de marzo, al posponer la celebración de cultos religiosos o ceremonias civiles fúnebres hasta la finalización del estado de alarma, sin perjuicio que, en relación con las comitivas de enterramiento, o despedida para cremación de la persona fallecida se permite la asistencia de un máximo de tres familiares o allegados, además, en su caso, del ministro de culto o persona asimilada de la confesión respectiva para la práctica de los ritos funerarios de despedida del difunto, respetando la distancia de uno a dos metros entre ellos, debido a las especiales características que rodean las ceremonias fúnebres, donde es difícil asegurar la aplicación de las medidas de contención y distanciamiento con la separación interpersonal de más de un metro necesaria para limitar la propagación del virus. No olvidemos, como dice la citada Orden, que en el caso del COVID-19, familiares o allegados del fallecido han podido tener contactos estrechos por lo que deberán permanecer en sus casas observando la cuarentena correspondiente. Se trata de límites de orden público razonables, amparados por la necesidad de tutela de la salud pública.

La regulación contemplada en el artículo 11 del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, es una normativa muy flexible, y poco limitativa del ejercicio del derecho fundamental de libertad religiosa, y que lógicamente, requerirá que tanto las confesiones como los ciudadanos sepan estar a la altura de las circunstancias a la hora de ejercer este derecho fundamental, pues todos los derechos -y éste no es una excepción- deben ser ejercidos con responsabilidad cívica en una sociedad democrática, y muy especialmente en estas graves circunstancias.

Eso es lo que se espera en una sociedad como la española, que ha madurado notablemente en espíritu cívico y de responsabilidad ciudadana en los más de cuarenta años de experiencia democrática en común, y eso es lo que todo apunta que se está produciendo, pasados apenas unos días de la declaración del estado de alarma.

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[1] Boletín Oficial del Estado nº 134, de 5 de junio de 1981.

Accesible en: https://www.boe.es/eli/es/lo/1981/06/01/4/con

[2] Boletín Oficial del Estado nº 67, de 14 de marzo de 2020.

Accesible en: https://www.boe.es/boe/dias/2020/03/14/

[3] Boletín Oficial del Estado nº 73, de 14 de marzo de 2020.

Accesible en: https://www.boe.es/boe/dias/2020/03/18/

[4] http://www.congreso.es/public_oficiales/L14/CONG/BOCG/D/BOCG-14-D-54.PDF

[5] http://www.congreso.es/public_oficiales/L14/CONG/DS/PL/DSCD-14-PL-15.PDF

[6] http://www.congreso.es/backoffice_doc/atp/orden_dia/pleno_015_25032020.pdf

[7]http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/SalaPrensa/NotPre?_piref73_7706063_73_1337373_1337373.next_page=/wc/detalleNotaSalaPrensa?idNotaSalaPrensa=35449&mostrarvolver=N

[8] https://www.boe.es/boe/dias/2020/03/11/pdfs/BOE-A-2020-3434.pdf

https://boe.es/boe/dias/2020/03/30/pdfs/BOE-A-2020-4170.pdf

[9] https://www.boe.es/boe/dias/2020/03/13/pdfs/BOE-A-2020-3580.pdf

https://boe.es/boe/dias/2020/03/30/pdfs/BOE-A-2020-4171.pdf

[10] https://www.boe.es/boe/dias/2020/03/18/pdfs/BOE-A-2020-3824.pdf

https://boe.es/boe/dias/2020/03/25/pdfs/BOE-A-2020-4026.pdf

https://boe.es/boe/dias/2020/03/30/pdfs/BOE-A-2020-4167.pdf

[11]http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/SalaPrensa/NotPre?_piref73_7706063_73_1337373_1337373.next_page=/wc/detalleNotaSalaPrensa?idNotaSalaPrensa=35449&mostrarvolver=N

[12] http://www.congreso.es/backoffice_doc/prensa/notas_prensa/73170_1585126767982.pdf

http://www.congreso.es/public_oficiales/L14/CONG/BOCG/D/BOCG-14-D-58.PDF y http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/SalaPrensa/NotPre?_piref73_7706063_73_1337373_1337373.next_page=/wc/detalleNotaSalaPrensa?idNotaSalaPrensa=35409&mostrarvolver=N

[13] https://boe.es/boe/dias/2020/03/28/pdfs/BOE-A-2020-4152.pdf

[14] https://boe.es/boe/dias/2020/03/29/pdfs/BOE-A-2020-4166.pdf

[15] Boletín Oficial del Estado nº 67, de 14 de marzo de 2020.

Accesible en: https://www.boe.es/boe/dias/2020/03/14/

[16] Boletín Oficial del Estado nº 73, de 14 de marzo de 2020.

Accesible en: https://www.boe.es/boe/dias/2020/03/18/

[17] https://www.boe.es/boe/dias/2020/03/22/pdfs/BOE-A-2020-3974.pdf

[18] Téngase en cuenta, conforme indica el propio preámbulo de la Orden SND/272/2020, que la competencia exclusiva que el artículo 149.1.8.ª de la Constitución atribuye al Estado en materia de ordenación de los registros e instrumentos públicos, abarca por completo el régimen de los Registros y de todos los Instrumentos públicos en los que se inscriban actos de naturaleza o con trascendencia jurídico-civil, entre los que se incluye el Registro civil o el de actos de última voluntad, (STC 71/1983, de 29 de julio, FJ 2). El artículo 4 del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19 atribuye, a los efectos de dicho estado de alarma, al Ministro de Sanidad la condición de autoridad competente delegada del Gobierno en su área de responsabilidad e igualmente en todo aquello incluido en las áreas de responsabilidad que no recaigan en la competencia de alguno de los otros Ministros que también tienen atribuida dicha condición. Así pues, esta orden se dicta conforme a lo establecido en el artículo ochenta y siete de la Ley sobre el Registro Civil y al amparo del artículo 4.3 del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo.

[19] Es particularmente interesante a este respecto la Guía para la gestión de la diversidad religiosa en cementerios y servicios funerarios elaborada en 2013 por dos antropólogos españoles, Jordi Moreras, (Universitat Rovira i Virgili), y Sol Tarrés, (Universidad de Huelva), de la cual son especialmente importantes las páginas 32 y 33, en las que se hace referencia a cómo en la tradición religiosa cristiana ortodoxa, el sepelio suele tener lugar al tercer día del fallecimiento, pero, añadimos nosotros, en este caso no se trata de una norma de ius cogens. Más importante es la peculiaridad del rito funerario budista. MORERAS y TARRÉS afirman que, en el budismo, se prohíbe toda manipulación del cuerpo antes del transcurso de 72 horas. Puede tomarse en consideración: MORERAS, JORDI y TARRÉS, SOL, Guía para la gestión de la diversidad religiosa en cementerios y servicios funerarios, Observatorio del Pluralismo Religioso en España, Madrid, 2013. El contenido de dicha Guía, fue revisado y validado por la Comisión Islámica de España, Federación de Comunidades Judías de España, Testigos Cristianos de Jehová, Asamblea Episcopal Ortodoxa de España y Portugal, Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, Federación de Comunidades Budistas de España, la Comisión del Observatorio: Ministerio de Justicia y Fundación Pluralismo y Convivencia, y el Consejo Asesor de la Fundación Pluralismo y Convivencia (Generalitat de Catalunya y Gobierno de Ceuta).

La Guía es accesible en:

http://www.observatorioreligion.es/upload/28/95/Guia_Cementerios_y_Servicios_Funerarios.pdf

Téngase en cuenta que el 6 de marzo de 2015, se firmó en la sede del Ministerio de Justicia de España, un Protocolo funerario, bajo su patrocinio, entre la Unión Budista de España y la Funeraria Parcesa, en el que se contempla que la muerte definitiva debe ser aseverada por el Ministro de Culto Budista y que ello puede llevar hasta 10 días,  de modo que cuando éste considere que la muerte es definitiva (cese de la respiración interior, entre 1 y 10 días en la gran mayoría de los casos) indicará junto a la familia, si se desea que se lave, condicione y se vista el cuerpo de una forma determinada.

Puede verse al respecto:

http://www.federacionbudista.es/resumen-del-protocolo-funer.html

https://www.revistafuneraria.com/noticias/protocolo-funerario-especifico-para-los-practicantes-del-budismo-vajrayana-en-espana

Sobre los ritos funerarios en el budismo puede estudiarse: MARTINEZ DE VILLA DE LAS HERAS, PABLO, Muerte, Budismo y Protocolo Funerario en España: Aproximación a algunos grupos budistas y a la FBE, Trabajo de Fin de Máster dirigido por FRANCISCO DÍEZ DE VELASCO en el Máster en Ciencias de las Religiones, Curso Académico 2015-2016, accesible en: https://eprints.ucm.es/39043/1/%5BTFM%5D%20Muerte%20y%20Budismo%20Pablo%20Mart%C3%ADnez%20de%20Villa.pdf

También puede ser interesante:

http://www.redfuneraria.com/funeral-budista

[20] Disposición final única de la Orden SND/272/2020, de 21 de marzo.

[21] https://www.boe.es/boe/dias/2020/03/30/pdfs/BOE-A-2020-4173.pdf

[22] Boletín Oficial del Estado nº 67, de 14 de marzo de 2020.

Accesible en: https://www.boe.es/boe/dias/2020/03/14/

[23] Boletín Oficial del Estado nº 73, de 14 de marzo de 2020.

Accesible en: https://www.boe.es/boe/dias/2020/03/18/

 

Nota 2: las personas interesadas podrán plantear a investigadores de la UPNA cuestiones relacionadas con el coronavirus o el estado de alarma a través del correo electrónico ucc@unavarra.es, incluyendo en el asunto #UPNAResponde/#NUPekErantzun. 

#UPNAResponde/#NUPekErantzun: ¿Cómo financiar la respuesta al COVID-19?

Responde: Mikel Casares Polo, profesor titular del Departamento de Economía de la Universidad Pública de Navarra.

La hibernación de la actividad económica provocada por la pandemia del COVID-19 ha obligado a aprobar con urgencia ingentes planes de gasto con los que desde el sector público se pueda cubrir la falta de ingreso de muchas personas, autónomos y empresas. La búsqueda de fuentes de financiación de estos programas de gasto público para España e Italia no está resultando sencilla porque, además de ser los países que más están sufriendo la crisis sanitaria, presentan malos indicadores tanto de déficit público corriente como de deuda pública acumulada.

El Viernes Santo (10 de abril) el Eurogrupo acordó crear un paquete de ayuda financiera por valor de 540.000 millones de euros en préstamos individuales a los países, dejando de lado la posibilidad de agrupar la ayuda en una emisión de deuda europea conjunta (eurobonos o coronabonos). El dinero parece que saldrá del fondo europeo de rescates (MEDE) que aportará 240.000 millones de euros en financiación a los Estados, del Banco Europeo de Inversiones con créditos a las empresas de hasta 200.000 millones de euros y de un fondo europeo nuevo contra el desempleo por valor de otros 100.000 millones de euros que concederá financiación a los Estados (nuevamente troceada individualmente).

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

Unos días antes, el 28 de marzo, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ya anunció la puesta en marcha del Programa de Compras de Emergencia en respuesta a la pandemia del COVID-19, con una inyección monetaria prevista de 750.000 millones de euros, fundamentalmente destinada a la compra de deuda pública emitida por los países de la zona euro. Es una cantidad muy elevada. Muy superior a los 285.000 millones de euros que se dedicaron a la compra de activos desde octubre de 2014 hasta diciembre de 2018, en respuesta a la crisis de deuda. Otra forma de ver la dimensión del programa de Lagarde es calcular la cantidad de euros que supone por ciudadano de la zona euro: 2193 euros por persona. Parece suficiente para cubrir tanto los ingresos de los trabajadores que han perdido su empleo como los pagos de las empresas que han dejado de obtener ingresos por la hibernación de la actividad. El programa del BCE, sin embargo, simplemente está ahí para garantizar que los mercados financieros pueden absorber las nuevas emisiones de deuda, manteniendo artificialmente bajos los tipos de interés al minimizar la prima de riesgo y permitiendo que los Estados altamente endeudados se sigan endeudando. ¿Tiene esto sentido? ¿Va a funcionar? ¿Serán capaces, países como Italia y España, de asumir los pagos de devolución de deuda e intereses en los plazos establecidos? Tengo serias dudas. Y parece que no soy el único; en las últimas dos semanas tanto la prima de riesgo del bono español como el Euribor han iniciado una senda alcista.

El economista Jordi Galí, uno de los investigadores con mayor prestigio internacional en Economía Monetaria, abogó hace unas semanas por una financiación directa y sin contraprestación del BCE a los Estados que no dispongan de fondos propios. Sí, se trata de poner en marcha el helicóptero monetario, evitando que los países altamente endeudados se enreden en otro programa de financiación que no puedan asumir. Voy a exponer mi opinión y mis ideas al respecto.

La producción de dinero tiene un coste muy, muy reducido y el BCE tiene capacidad ilimitada para crear dinero adicional. Si desconfiamos de los Estados porque en general son malos gestores y en algunos casos (como España) tanto en los años malos como en los buenos el presupuesto se cierra con un nuevo déficit público, ¿por qué no se plantea un reparto directamente a los ciudadanos necesitados? Creo que no va a generar inflación puesto que el contexto actual muestra debilidad de demanda y costes de la energía a la baja. Creo que es más un problema de gestión y de dudas sobre cómo hacerlo. El temor del BCE a lo desconocido, junto con su falta de espíritu innovador, pueden pesar igual o más que las posiciones de países con tradición calvinista en Europa (Holanda, Alemania) que no quieren ayudas especiales para aquellos que no han cumplido con sus deberes en el pasado.
Aunque muy probablemente no sirva de mucho, voy a proponer un procedimiento de creación monetaria directa para los ciudadanos. Para garantizar que el dinero se emplee como medio de pago (y no depósito de ahorro), se deberían conceder cupones de compra que puedan ser utilizados en establecimientos próximos a la residencia de la persona receptora. Por ejemplo, adjudicar 10 cupones de 40 euros para ser utilizados a lo largo del próximo mes. Los cupones podrían retirarse, una vez acreditada la situación de falta de ingresos, en aquellas entidades financieras que se adhieran al programa de reparto y canjeo de los cupones. Los propietarios de los establecimientos que acepten los cupones como medio de pago (supermercados, farmacias) podrían canjear las cantidades correspondientes en cualquier entidad financiera adherida al programa, a cambio de dinero en efectivo o un incremento correspondiente de sus cuentas bancarias. Los bancos y entidades adheridas al programa retornarían los cupones al BCE (intermediado por los bancos centrales nacionales) a cambio de una transferencia a las cuentas de reservas de los bancos en el BCE (con una pequeña prima para cubrir los gastos de gestión). El BCE asume la creación monetaria como una pérdida de capital propio que podrá cubrir con las reservas actuales y con provisiones sobre beneficios futuros (es difícil que un banco central llegue a tener pérdidas de explotación). El sistema puede extenderse concediendo cupones para el pago de rentas de alquiler, cuotas hipotecarias o cuotas de créditos concedidos a autónomos o PYMEs, obviamente, una vez se certifique la falta de ingresos del deudor como consecuencia de la pandemia del COVID-19.

Desde que estalló la crisis financiera de 2008 las inyecciones monetarias han sido la respuesta más utilizada por los bancos centrales para generar estímulos en un contexto de tipos de interés muy próximos a 0. Pero estas expansiones monetarias siempre se han diseñado como compras de activos emitidos por los gobiernos, los bancos y, en algunos casos, grandes empresas privadas en dificultades. En el caso del BCE, se consiguió contener, primero, y recortar, después, las primas de riesgo de la deuda soberana de economías periféricas (principalmente, Grecia, Italia y España). A pesar de ello, ni han disminuido los volúmenes de deuda de estos países ni se ha observado un crecimiento económico robusto. Sigue habiendo un riesgo real de que ocurra una suspensión de pagos en la deuda de estos países y ahora el mayor acreedor es el BCE, que tendría que asumir las pérdidas (de forma análoga a la emisión monetaria directa que he propuesto anteriormente). Todo esto quizás nos permita entender la desconfianza de los mercados en la conveniencia de estas medidas monetarias y las reticencias que han mostrado países como Holanda y Alemania a seguir por la vía del apoyo incondicionado a los países mediterráneos.

Nos enfrentamos a un momento de extraordinaria dificultad. La pandemia del COVID-19 exige una respuesta de contención del virus contundente y una acción solidaria de ayuda económica con los países que más la están sufriendo. Europa debería de apostar por salirse de las medidas convencionales para evitar tanto una profunda recesión como una segunda crisis de deuda soberana. Si no es así, me temo que pronto volverán los fantasmas de la desintegración de la zona Euro y del proyecto económico y social de la Unión Europea.

Nota: las personas interesadas podrán plantear al personal investigador de la UPNA cuestiones relacionadas con el coronavirus o el estado de alarma a través del correo electrónico ucc@unavarra.es, incluyendo en el asunto #UPNAResponde/#NUPekErantzun.

#UPNAResponde/#NUPekErantzun: ¿Qué pasará en el futuro con la economía? Economía inexplorada

Responde: Mar Rubio-Varas, profesora titular del Departamento de Economía y subdirectora del Instituto Inarbe (Institute for Advanced Research in Business and Economics) de la Universidad Pública de Navarra.

 

Cualquier cosa que se diga hoy sobre la economía a seis o doce meses vista seguramente estará equivocado. Nos adentramos en terreno inexplorado. Absolutamente desconocido. En todo mi bagaje de historia económica no consigo encontrar una crisis económica en la época moderna que se asemeje a esta. En ningún escenario anterior se había paralizado el movimiento de viajeros en todo el planeta. En las guerras (civiles o mundiales), las infraestructuras sufrieron daños que paralizaron la actividad, si bien la actividad económica se redobló para el esfuerzo bélico en algunos lugares. No es el caso ahora, dado que mantenemos las infraestructuras intactas y la actividad económica paralizada. En la Gran Depresión en los años 1930, se hundió la demanda y el comercio mundiales, en parte por las políticas de empobrecer al vecino y las devaluaciones competitivas que empeoraron la crisis durante más de lo debido. Tampoco es el caso ahora, el comercio sigue fluyendo a través de las fronteras, y salvo la tentación norteamericana de aumentar el proteccionismo, la mayoría de los países del G20 sigue favoreciendo el libre comercio. En la crisis del petróleo de los 1970, fue la oferta la que se hundió, porque los productores no pudieron afrontar el encarecimiento de un insumo básico para todos los sectores económicos y sobre cuyo precio no tenían ningún control los agentes económicos. Ahora hemos metido toda la economía global en el congelador durante un tiempo indeterminado pero controlado por cada gobierno. En la crisis de 2008, el contagio en el sistema financiero provocó el cierre del grifo crediticio a nivel global, lo que estranguló primero a las empresas y después a los gobiernos. El grifo está ahora abierto a chorro, cuán manguera de incendios desaforada, tanto por parte de las autoridades monetarias europeas como norteamericanas.

Lo que tendremos por delante, una vez pasemos el tsunami sanitario, es un escenario inédito. Tendremos que descongelar la economía, pero la heterogeneidad en el paso por el congelador es muy alta. Conseguir que autónomos y pymes de menos de diez empleados sobrevivan la congelación económica debería ser una de las primeras prioridades, no sólo porque de ellas depende una parte sustancial del empleo en Navarra y en España, sino porque precisamente son las más vulnerables ante la congelación de la actividad económica. Pero no todos podrán arrancar de nuevo intactos, aunque tengan toda su infraestructura y mano de obra disponible. Habrá sectores cuya demanda se habrá volatilizado y que llevará meses recuperar. Entre ellos, el sector turístico y todos sus derivados (ocio, restauración, viajes, transporte de pasajeros), en especial, el asociado al turismo internacional. Habrá sectores que pueden encontrarse con problemas en sus cadenas de suministro a la vez que su demanda se contraiga dado que la inversión de largo plazo, tanto de empresas como de particulares se verá mermada a su vez ante el nuevo escenario de incertidumbre. Otros sin embargo saldrán prácticamente indemnes: muchas actividades continúan trabajando desde casa con más o menos éxito (educación, servicios financieros y administrativos, prensa, radio y televisión, buena parte de la administración pública). Estas saldrán del congelador con algunas habilidades nuevas y el deseo de mejorar la logística de teletrabajo para el futuro (muchos nos hemos dado cuenta de que necesitamos mejores equipos en nuestros hogares).

Crisis

Cabe recordar en este punto que el gasto medio de los hogares españoles no había recuperado todavía los niveles anteriores a 2007. Navarra es la segunda comunidad autónoma con mayor gasto medio por hogar después de Madrid. Un tercio de ese gasto se dedica a vivienda. Cómo y cuando se van a pagar las hipotecas y alquileres de los próximos meses debería ser la otra prioridad de política económica. Porque en realidad, después del choque inicial de oferta al meter la economía en el congelador, lo que probablemente nos espera a la salida es una crisis de demanda sin precedentes si no ponemos remedio.

Los costes económicos serán catastróficos si no hay intervención pública. Y en esto, al menos en esto, estamos de acuerdo todos los economistas. Diferimos en qué priorizar y cómo pagar la factura. Pero todos recordamos nuestras clases de macro: ante una crisis de demanda, la inyección de dinero público es la única capaz de amortiguar el dolor. También aprendimos algo de la crisis de 2008: hay que dar liquidez a los mercados (y, por eso, la manguera del crédito está desaforadamente abierta). Priorizar la supervivencia económica de autónomos, pymes y hogares durante el periodo de congelación de la economía es el objetivo para minimizar la crisis de demanda en el periodo de descongelación. Pero sin presupuestos, con una economía congelada que no genera ingresos fiscales, y una Unión Europea que no acaba de elevarse sobre las desavenencias de los socios, el horizonte es sombrío. Sin solidaridad (geográfica, sectorial y generacional), será difícil salir indemnes. Porque, si algo deja patente esta crisis, es que todos dependemos de todos. Igual que todos estamos siendo la vacuna, también todos somos el rescate.

 

Nota: las personas interesadas podrán plantear a investigadores de la UPNA cuestiones relacionadas con el coronavirus o el estado de alarma a través del correo electrónico ucc@unavarra.es, incluyendo en el asunto #UPNAResponde/#NUPekErantzun. 

#UPNAResponde/#NUPekErantzun: ¿Nos cambiará el covid-19 nuestra forma de consumir alimentos?

Responde: Mercedes Sánchez García, catedrática del Departamento de Gestión de Empresas y directora de la Escuela de Doctorado de Navarra (EDONA) de la Universidad Pública de Navarra (UPNA).

 

Posiblemente, el actual estado de alarma y la paulatina desescalada que se avecina genere a la población en ocasiones cierto nivel de incertidumbre. Esta extraña sensación no es ajena en nuestro comportamiento ante el actual y futuro consumo de alimentos. Organizaciones Internacionales como FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) u OMC (Organización Mundial del Comercio) reivindican el carácter estratégico del sector agroalimentario y pronostican el impacto de la pandemia originada por COVID-19, tanto en la oferta como en la demanda o consumo de alimentos. Así, para la oferta, tanto a nivel sectorial como en los medios de comunicación, se está continuamente destacando la importancia del buen funcionamiento de las cadenas agroalimentarias, esas redes que conectan la producción agrícola y ganadera con cada uno de nosotros como consumidores de alimentos, incluyendo todos los niveles de procesado o industria agroalimentaria y de distribución. Y, por el lado de los consumidores, está creciendo la información que analiza el impacto, tanto de nuestra reacción inicial ante el confinamiento, como de las perspectivas que se presentan en estas fases que se avecinan de desescalada hasta llegar a la normalidad.

Si nos centramos en los consumidores, los mayores focos de atención se están poniendo en una mezcla de preguntas que combinan aspectos psicológicos de los mismos (como expectativa de duración o emociones sentidas durante este tiempo), con factores económicos (como el impacto en los ingresos, en los tipos de productos adquiridos, en la forma de comprarlos o en la consolidación en el futuro de estos nuevos comportamientos). Esta compleja combinación de aspectos psicológicos y económicos está dificultando la apuesta por conocer las previsiones que nos trae el futuro.

Aun así, los estudios internacionales, tanto de origen europeo, americano, asiático etc., auguran la consolidación en parte de los nuevos canales de compra «online», o la búsqueda de nuevas experiencias de consumo (virtual, etc.). Si nos acercamos a Europa, para España las consultoras Deloitte o McKinsey and Company (entre otras) proponen diferentes escenarios para la recuperación del consumo, insistiendo en el impacto que tendrá tanto la renta disponible como el tiempo de duración de la pandemia. Para Alemania, expertos de la Freie University de Berlín observan, a través de una encuesta nacional, que además del riesgo percibido, las personas de mayor edad, las mujeres, e incluso la generación a la que pertenecemos (Baby Boom, Generación X, Millenials, Generación Z, etc.) condicionan la elección de tipos de productos, de presentaciones, o el interés por lo sostenible.  El estudio germano no olvida además la importancia que puede tener en nuestras decisiones la confianza en autoridades, políticos y sector empresarial. Dicha confianza es el principal pilar que emplea el Center for Economic Policy Research de Londres o el International Food of Information Council como herramienta que consiga mitigar los efectos económicos y sociales que conlleva la situación actual.

Consumo

Otro elemento de debate internacional del cambio se está centrando en la discusión de si los productos locales, de temporada, con origen en cadenas cortas de comercialización, pueden recibir un impacto positivo en estos momentos. Diferentes expertos en EspañaFranciaReino Unido (entre otros) insisten en que estas alternativas de abastecimiento alimentario pueden en ocasiones mejorar el equilibrio de márgenes en el sector, aunque será necesario introducir mejoras de organización en algunas zonas.

Por lo tanto, y volviendo al inicio de la argumentación, hay previsiones de cambios en el comportamiento del consumo alimentario. La clave está en este momento en cuánto tiempo tendrán los consumidores sensación de riesgo o, dicho de otra forma, cuánto se necesita para devolver la confianza a los niveles anteriores al estado de alarma. Interesante en este sentido es el estudio realizado en Italia monitorizando durante cuarenta y cinco días, a través de diferentes redes sociales (Twitter, Facebook, Instagram, entre otras), ocho millones de datos para observar el impacto de la información en el consumo alimentario. Un experimento a menor escala realizado en nuestro equipo de investigación sigue detectando diariamente la combinación en los mensajes entre alimentación y covid-19.

Por último, no olvidemos la preocupación mundial por garantizar el acceso a la alimentación, ya que tanto FAOOMC, OMS, etc., avanzan el riesgo de una potencial crisis alimentaria mundial, que pueda afectar más en aquellas zonas, o sectores de la población habitualmente más castigadas en el abastecimiento de alimentos. Un especial recuerdo también para todas aquellas personas afectadas en la salud por la pandemia, y un agradecimiento para todos los que están resolviendo los problemas de salud y para los que están permitiendo el mantenimiento general de la sociedad.

 

Nota: las personas interesadas podrán plantear a investigadores de la UPNA cuestiones relacionadas con el coronavirus o el estado de alarma a través del correo electrónico ucc@unavarra.es, incluyendo en el asunto #UPNAResponde/#NUPekErantzun.